Camila
Lo abrace y no me importo nada. Él no sabía casi nada de mi y aún así me escucho y tomo en cuenta mi opinión.
Deje la taza en la mesa detrás de él y me abrace más fuerte a su cuello, aún no reaccionaba pero al notar la fuerza en mi agarre pasó sus brazos por mi espalda baja y me respondió el abrazo.
Y no entendía porque pero se sentía tan bien, me sentía protegida y segura.
Estuve ahí unos minutos mientras yo intentaba calmarme pero siempre me pasa que cuando por fin logra calmar mi ansiedad, mi cuerpo por el estrés que sentí pide descansar y mis ojos pesan en estos momentos. Acomodo mi cabeza en su hombro y en segundos ya me encuentro en ese estado de la consciencia y la inconsciencia.
-Me estoy quedando dormida- susurre.
-Duerme, tranquila.
-Sabe, no tenía un lugar seguro. Es mi jefe usted- no estaba muy consiente de lo que decía, pero hablaba mi ser más real -pero este es mi lugar seguro.
-Estoy aquí ojitos- acaricio mi espalda y eso fue la luz verde para que yo callera en un sueño profundo.
***
Mis ojos se fueron abriendo para ver una habitación en colores blancos, ¿un hospital?
-Mierda- me levante de golpe buscando los cables en mis manos o nariz pero no había nada. Estaba en mi pijama cubierta por sabanas azules de seda que son deliciosamente ricas.
A ver Camila recapitula.
La noche anterior paso por mi cabeza con imágenes rápidas y por instinto quise confirmar que tenía toda mi ropa y si, la tenía.
No te acostaste con nadie tonta.
Al menos, pero ¿Dónde estaba mi adonis?
Me dirigí al salón principal del departamento y un rico olor de huevo y tocino llego a mis fosas nasales, mi estomago gruñe.
-Buenos días- dije estaba toda apenada. Dios en serio que hice ayer.
-Buenos días, ¿Quieres desayunar?
-Amn, si esta bien- me paso un plato que se veía delicioso -Gracias.
Comenzamos a desayunar juntos, ninguno de los hablábamos pero era un silencio cómodo y agradable. Aún así quería hablar con el, siento que le debo una disculpa por mi comportamiento de ayer y más aparte eran como las 9 de la mañana.
Tendría que estar trabajando ¡Como su asistente!
-Habla- soltó recogiendo su plato y el mío.
-Oh si- lo seguí hasta la cocina. -Yo quería pedirle una disculpa por mi comportamiento de ayer, fue muy irresponsable de mi parte y más irresponsable quedarme dormida en sus bra- me detuve en seco.
Ojitos
Me llamo ojitos antes de que quedara plenamente dormida.
Mi corazón empezó a bombardear más rápido y la sangre se acumulo en mi cachetes.
-¿Camila?- se volteó para ver porque me detuve.
Hable antes de que pudiera ver mi rostro como un tomate. -Mi comportamiento de ayer fue muy irresponsable y todavía que hoy tampoco me presenté en el trabajo. Entiendo que me quiera descontar el día.
-No te preocupes por el trabajo, tengo una reunión a medio día, irás a alistarte y yo igual y nos veremos a las 10:30- me dio una sonrisa de boca torcida.
ESTÁS LEYENDO
Siempre fuiste tu
RomanceCamila López era la típica pueblerina que parecía tenerlo todo, una familia grande y que la amaba, el novio dulce y tierno que daba todo por ella. Todo en su vida se estaba alineando hasta que por obras del destino -y tragedias-, sale de su pueblo s...