Camila
2 meses y medio después.
Dentro de dos semanas mi niña vendría al mundo y Marcus junto conmigo teníamos todo listo, el estaba demasiado nervioso pero su felicidad era más.
-¿Como te sientes?- mi adonis me volvió a preguntar lo mismo otra vez, ya perdí la cuenta de cuantas veces me lo ha preguntado en todo la mañana.
-Estoy bien amor- Le respondí dándole un casto beso en los labios.
Parte de mi familia vendría en unas semanas a conocer a Alice, yo se que no habíamos terminado en buenos términos con Esteban, pero Amelia me dijo que cuando ella contó que yo estaba embarazada a el se le noto emocionado, así que hable con el y quedamos bien, mis pequeños sobrinos -sí, segundo bebé había sido niño- estaban ansiosos, al igual que su papá, de conocer a mi pequeña.
Me encontraba terminando de hacer de comer mientras que Marcus ponía la mesa, iba agarrar el sartén de la comida cuando sentí húmedas mis piernas, baje mi vista y me vi sobre un charco de agua y tras eso un dolor inmenso me dio en el vientre.
-¡Ahh! Marcus- le hable a mi marido sosteniéndome de la barra de la cocina.
-¡Camila! ¿Qué pasa?- este se quedo quieto al ver mi situación pero reacciono enseguida ayudándome a llegar al coche en el cual ya estaba todas las cosas mías como de nuestra niña.
Rumbo al hospital Marcus le hablo a Joan para que avisara que nuestra pequeña se había adelantado, yo por otro lado iba quejándome y casi gritando porque sentí que mi niña ya quería salir ahí mismo y no podía permitirme eso.
-Aguanta nena ya vamos a llegar si, se fuerte, se esa guerrera que se que eres- las palabras de Marcus me hacían tener una fuerza que por un segundo olvide que tenía.
Joder es que esto duele como mil demonios.
Al llegar al hospital algunas enfermeros corrieron a ayudarme y adentrarme a aquel edificio para alistarme para el parto. Cuando llego la doctora a verme me dijo que era normal que algunas madres primerizas el parto se adelantara y noto que estaba lista para tener a mi bebé.
Me tranquilizo un poco saber que era normal que se adelantara pero el dolor no se iba y mi preocupación volvió cuando la doctora sintió mi barriga e hizo una cara de confusión, sorpresa y susto. Esta solo le hablo a las enfermeras de que me llevaran de urgencia a la sala de parto y que prepararan a Marcus para que entrara conmigo.
-Doctora ¿Qué pasa?- cuestiona antes de que saliera.
-Tranquila te veo en la sala de parto- dicho esto salió pero no me quede tranquila, sabía que algo pasaba.
Al llegar a aquella sala había demasiada gente, me relaje cuando Marcus llego a mi lado y me sostuvo la mano.
-Bien Camila, necesito que pujes porque tu bebé ya quiere salir a conocerte- sus palabras fueron un impulso y con todas mis fuerzas puje.
Sudor corría por mi frente, mi garganta ardía de tanto gritar y estaba segura que la mano de Marcus estaba morada por mi fuerza ejercida en esta, el estaba siendo demasiado fuerte por mi, susurrándome y dándome fuerzas con sus palabras de aliento.
Di ultimo pujido cuando escuche un llanto hermoso y vi como una enfermera se llevaba a mi bebé para limpiarlo, sin embargo, el dolor seguía.
-Camila escúchame, necesito que sigas pujando- la doctora hablo y noto las miradas de confusión de Marcus y mía -. Camila hay otro bebé- ni siquiera logre pensar en lo que dijo y seguí pujando.
Marcus y yo estabamos listos para una bebé pero aunque no sabíamos de la existencia de otro no quería que nada le pasará, así que volví agarrar fuerzas para que mi otro hijo o hija saliera.
Sentía que mi cuerpo se iba a quebrar cuando dio otro último pujido liberándome ya y escuchando otro llanto que me hizo soltar lagrimas.
-Amor son dos, tuvimos dos bebés- Marcus me hablo mientras me besaba y me agradecía.
Vimos como dos enfermeras se nos acercaron.
-Esta es la pequeña Alice- hablo una de las enfermeras dándole a Marcus a nuestra hija en vuelta en una cobija rosada.
-Y esta es la hermana gemela de Alice- me extendió a mi otra niña a mi la cual agarre y abrace.
Mi adonis se acerco con nuestra Alice y la puso junto a su hermana, todos presenciamos como nuestra niña mayor le agarro su manita a su hermana provocando que yo llorara más.
-Te amo Marcus, te amo más que a nada- solté besando a mis niñas y a mi marido -. Ava, quiero que se llame Ava.
-Alice y Ava, me encanta- respondió besándome de nuevo y soltando algunas lagrimas.
-Enfrente de nuestras hijas, quiero que ellas sean testigo de hoy, el día en que me diste la felicidad más grande al entregarme a mis hijas quiero pedir una cosa Camila López- mi adonis hablo sacando de no se donde una cajita roja de terciopelo -¿Quieres casarte conmigo?- la felicidad que sentía en estos momentos era magnánima.
Era el momento perfecta, conocimos a nuestras niñas y ahora el hombre que más amo me esta pidiendo unir su vida a la mía.
-Si, si quiero- extendí mi mano donde el coloco el anillo.
Se acerco a mi dándome otro beso y admirando de nuevo a los dos niñas que teníamos en brazos, nuestras hijas, nuestro mayor amor y fuerza.
Comprendí que todo lo que vive, todo lo que pase con mi familia, con mis padres, con mi ex, todo eso tenía que pasar para que yo pudiera encontrarme en estos momentos donde estoy. Con los amores de mi vida, con mi familia y mi futuro esposo.
Marcus Lancaster se incrusto en mi ser, me volví adicta a el como una droga que jamás quieres dejar. Yo no comprendí lo que era el amor hasta que lo conocí. Yo no comprendí lo que era amar hasta que el llego. Yo no comprendí lo que significa que te amen hasta que el apareció.
Siempre fue el, toda mi vida estaba destinada a que el llegará.
-Tu siempre fuiste el amor de mi vida- le dije mirando aquellos orbes cafés que me tenían hipnotizada -Siempre fuiste tu.
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Siempre fuiste tu
RomanceCamila López era la típica pueblerina que parecía tenerlo todo, una familia grande y que la amaba, el novio dulce y tierno que daba todo por ella. Todo en su vida se estaba alineando hasta que por obras del destino -y tragedias-, sale de su pueblo s...