Capítulo 21

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Era viernes y en estos momentos me encontraba afuera de mi casa con mi maleta y mi mochila para tener un viaje larguísimo que compartiré con la persona de la cual me enamore en un jodido corto tiempo y que no era correspondido.

Desperté de mi ausencia del mundo real cuando una camioneta paró enfrente de mi casa, me dirigía hasta esta cuando un hombre de traje salió ayudándome a guardar mi maleta y abrirme la puerta.

-¿A donde iras exactamente?- ni unos buenos días. Noté su enojo y su frialdad, estaba realmente enojado tan temprano.

-Tomó siempre un camión que me lleva a...

-Dije donde vas no como llegas- creo que lo frio en su voz hizo que se me erizara la piel.

Estaba más emocional de lo normal, iba a enfrentarme a algo que me hizo daño por mucho tiempo de mi vida y al menos creí que el ambiente con Marcus iba a estar normal. Sin embargo me equivoque.

Llegando al Jet me subí y algo que hizo que me derrumbara por completo es que aquel hombre que se adueño de mi corazón se sentó lo más lejos posible de mi. Ignore ese movimiento suyo y me centré en lo que iba a hacer cuando llegará.

《》

Después de un viaje enorme que hasta sentí que mis nalgas se quedaron en aquel asiento.

-Hay que tomar un camión que si caminamos llegamos en unos 10 minutos y...- me detuve cuando vi que me estaba dando una mirada de diva -¿Qué?

-No viajaremos en camión, ahorita vendrá un coche y con google maps llegaremos.

-Oh, esta bien- me estaba volviendo a sentir como era antes de llegar a Londres.

Es como si cada vez que estuviera cerca de aquel lugar y aquellas personas me hiciera pequeña, me hiciera menos. Lo que me da fuerza es mi prima, mi nueva amiga y espere apoyarme en mi adonis aunque sea para tener un ancla en el lugar donde por primera vez era yo y libre pero no, no lo tuve.

Un auto negro se detuvo frente nosotros, subiendo las maletas me acomode en el asiento del copiloto y ahora si, comenzaba el viaje.

Yo se que por todo lo que he dicho la gente ha de pensar que viví la historia de cenicienta pero no, cada una de las personas que viven ahí me hicieron sentir menos a su manera y en su forma, después de la muerte de mis padres todos creyeron que yo era la que tenía que hacerme cargo de todo y de todos, olvidar mi vida, tener hijos y juntarme con pareja en ese momento. Ya que creían que era mi deber por ser la única persona que vivía cerca de mi abuela y mi abuelo. Mi primo cercano salió de esa casa pero yo seguí quedándome ahí, que para mi suerte o mi desgracia era una casa al lado.

Empecé a reconocer el camino y sentí como mis manos empezaron a sudar, movía mas seguido mis piernas y comencé a tener más calor.

-Tu abuela se pondrá bien- me asusté un poco al escuchar su voz, me envolví un poco en mi burbuja y olvidé a mi acompañante.

Su comportamiento distante en todo el viaje solo hizo que no quisiera responder a eso así que solo asentí.

Llegando aparcamos el coche y preferí no ir a ver a mi familia, así que entramos a mi casa. Volver a ver aquel espacio donde cree tantos momentos hermosos con mis padres.

-¿Cuantas habitaciones hay?- le indique donde estaba la suya y me dirigí a la mía.

Entrando lo primero que vi fue mi estantería con peluches los cuales comencé a juntar desde bebé, a Inglaterra solo me lleve el primer peluche que me dieron mis padres. Mi cama estaba intacta y acomodada con mis colchas favoritas, mi estantería aún tenía las fotos de mi infancia juntos con mis padres y Amelia.

Todos los recuerdos con Chris los elimine antes de irme de aquí, en mi mente pensé que regresaría años después y que el aura del dolor que había dejado en estas paredes desaparecería pero no, aún lo sentía y todos los recuerdos llegaron a mi mente.

-Pequeña ya tienes diez, es momento de que comiences a dormir sola- mi padre me dijo llevándome a mi cuarto.

-Tengo miedo pa.

-Mira, hagamos algo- se arrodillo para quedar a mi altura, -si en algún momento llegas a sentir miedo y no estamos ni tu mamá ni yo cerca quiero que recuerdes esto. En esta vida mi amor crecerás y serás independiente, formaras tu vida base de tus propias creencias e ideales y es necesario que aprendas que tu mayor fortaleza siempre serás tu misma. Tu madre y yo queremos darte todas nuestras fuerzas para que cuando tengas miedo agarres esta bolsa con la fuerza mezclada de tus padres que te aman, así que prométeme que harás eso- me dio una bolsa imaginaría y la agarre -esa es mi guerrera.

En estos momentos mi yo infantil salió y sacó la fuerza de mis padres que guarde en aquella bolsa, era momento de usarla.

Siempre fuiste tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora