Capítulo 41

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Despierto por la incomodidad de la posición en la que me encuentro, este hombre duerme tan mal. Me zafo de su cuerpo, me levanto para ir al baño, me lavo los dientes y la cara, acomodo mí desarreglado cabello, salgo y me encuentro con el cuerpo semidesnudo de Jaxon descobijado, me acerco y lo acobijo con las calientes sabanas.

Salgo de la habitación y voy hacia la cocina, preparo un poco de pasta con carne y para Alexandre le hago una sopa para la resaca. Termino de colocar la loza en la mesa y voy a despertar a Jaxon. Al verlo aún dormido me siento del otro lado de la cama y con una ingeniosa idea para despertarlo comienzo a besarlo con pequeños toques. No logro despertarlo, se resiste, no me doy por vencida. Beso su cuello que es su parte delicada, se encoje al sentir mis labios en esa zona sensible y comienza a reírse.

—Despierta o te hago más cosquillas. Ven, vamos a desayunar —le digo.

Le doy un último beso, me retiro de la cama para seguir mi camino a la cocina, antes de salir de la habitación siento como Jaxon me detiene rodeándome con sus brazos por la espalda.

— ¿A dónde vas preciosa? —su voz seductora y mañanera la escucho pegada a mi oído.

—Ya está el desayuno, ve a lavarte. Te espero afuera.

—Te quiero tanto, nena.

Me giro y veo su adormilado rostro. Enamorada, enrollo mis brazos en su cuello y lo beso dos veces y luego me separo.

—Y yo a ti... Apúrate, tengo hambre.

Me giro y recibo una nalgada que hace que la piel me tiemble en esa zona.

—En seguida voy, no tardo —dice coqueto.

—Date prisa, mientras despierto a Alexandre.

—Sin besos —refunfuñe.

—Obvio que sin besos... Corre ve a lavarte la cara.

Vuelvo a besar sus labios y salgo de la habitación. Llego a la sala encontrándome con Alexandre sentado en el sillón donde durmió, está tocándose la cabeza por la resaca.

—Dolor de cabeza —digo para que note mi presencia.

El apuesto moreno de ojos azules se percata de mi y voltea a verme.

— ¿Estás bien? —pregunto al notar el rostro en su cara.

No responde, solo se queja por el dolor de cabeza y cierra los ojos por la luz que entra por las ventanas, el sol está muy brillante y las cortinas amortiguan la entrada de los rayos, aun así, se queja por la luz.

—Ven, debes de comer algo para después tomarte la pastilla para el dolor de cabeza.

— ¿Por qué estoy aquí? —al fin habla.

—Eso mismo quiero saber.

La presencia de Jaxon se coloca aún lado de mí y con amabilidad saluda a su amigo.

— ¿Estás bien? —le pregunta.

— ¿Cómo llegue?

Le cuesta hablar por el dolor.

—No sabemos. Más bien, ¿En dónde estabas?

—El rey le hizo algo a Laurens —dice con nostalgia.

—Lo sé.

El ambiente se pone tenso por el mal momento que está pasando Alexandre, aun así, se queja dejando de lado el doloroso momento.

—No soporto la cabeza. No vuelvo a beber como loco —se queja.

—Ven come algo, te prepare sopa —digo.

LIBIDO +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora