Capítulo 65

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Despierto con un ligero dolor de cabeza. Veo el reflejo de los rayos del sol entrando a mi habitación e inmediatamente me levanto; extiendo mi mano para tomar el celular, lo desbloqueo y veo la hora.

— ¡Joder es tarde!

No recuerdo a qué hora regrese a casa. Ignorando el dolor de cabeza me adentro al baño, me baño lo más rápido posible. Termino de ver mi peinado y con prisa salgo de casa. Solo me da tiempo de comprar un café; lo primero que tengo que hacer es la reservación del restaurante para mi cena de esta noche. Entro a la oficina, enciendo el computador y reviso los papeles que están sobre el escritorio. Termino de hacer la reservación y comienzo con mi trabajo.

Después de tanto estrés y firmar documentos, es mi hora de comer. No tengo a Mallory como mi asistente yo soy el que tengo que ir a comprar mi comida, salgo del edificio a comer a uno de los restaurantes más cerca, de regreso buscaré a Mallory. Terminando de comer regreso a la empresa, al entrar, directamente voy buscarla en su oficina, pero en el pasillo escucho mi nombre.

— ¡Jaxon! —es Jaime llamándome.

— ¿Qué sucede?

—Te busca un socio. Está en tu oficina esperándote.

No puedo dejar esperando a un socio, iré a buscarla después. Con molestia regreso por donde viene y voy a la sala de conferencias. Mientras hablo con el inversionista mi mente está en otro lado, no entiendo lo que me está diciendo, solo mi mente está pensando en la mujer de ojos claros que amo.

En verdad quiero arreglar las cosas con ella. Las cosas que pasaron en el pasado no tienen por qué afectar nuestro presente si en verdad nos queremos. Por el amor que le tengo a esa mujer terca lucharé por ella.

Termino de hablar con el señor Wang de un nuevo proyecto y lo despido como debe de ser, al ver que sube a su auto salgo corriendo en busca de Mallory pero no la encuentro en su oficina, así que voy a buscar a Jaime.

Le encuentro en su oficina tecleando haciendo su trabajo como siempre, Jaime es responsable. Está tan concentrada que no nota mi presencia, carraspeo mi garganta y ella deja de ver el computador para verme a mí.

—No es nada grave, solo quiero saber si sabes donde esta Mallory —aclaro la situación.

—Ella no vino a trabajar.

— ¿Por qué? —me impresiono por su confesión.

—No sé, ella no se reportó.

—Gracias... Perdón por interrumpirte —me sonríe y continua con su trabajo.

Regreso a la oficina y guardo mis cosas, tengo hoy que hablar con ella, iré a buscarla a su casa. Estoy un poco preocupado porque no vino a trabajar y mucho más porque no se reportó enferma, en caso de que haya atrapado un resfriado.

Me estaciono en frente de su casa, me acerco y toco le timbre. Espero, pero ella no habré; intento cinco veces más y sigue sin abrir.

Preocupado, saco mi celular y la llamo, pero en seguida me manda a buzón. Le llamo más veces y es lo mismo. Me está preocupando demasiado. Regreso a casa decidido a que mañana la buscaré, tal vez quiere estar sola por un momento. Al entrar a casa, el ama de llaves me detiene en la entrada.

—Buenas noches, señor Clark —se inclina demostrando sus modales.

— ¿Qué sucede?

—Le llego esta carta urgente.

Me entrega el sobre, la recibo, le agradezco y se retira dejándome solo. Subo a mi habitación, me siento sobre la cama y reviso el sobre, tiene remitente de Canadá. «Yo no conozco a nadie de Canadá.»

Rompo el sobre, saco la hoja de papel y la desdoblo.

Para: Jaxon Clark.

Hola, mi querido Jaxon.

Realmente espero que estés bien. Lamento mi visita inesperada de hace meses, quería volver a verte, pero no de la manera en la que nos encontramos. Quiero disculparme por ese momento y por lo que te hice pasar en el pasado. Sé que no me merezco tu perdón, aun así, quiero disculparme por el daño que te hice y también por el daño que le hice a mi hija, mi pequeña flor. Yo no tenía idea de que la conocieras, no sabía que entre ustedes existe algo, de igual manera me sorprendí.

Sé lo imprudente que fui en el pasado y créeme, ya lo estoy pagando. Anteriormente te dije que había regresado por dos simples motivos. Uno eres tú y el otro es mi hija, ese motivo es para pedirte perdón, por arruinar tu adolescencia, por meterte en los juegos sucios del morbo. Pero en verdad, cuando te vi en la casa de tu madre me gustaste mucho, eres y sigues siendo un buen chico como la primera vez que te conocí.

Ahora eres un gran hombre, lo supe el día en que defendiste a mi hija y saliste corriendo en busca de ella, puede darme cuenta que en verdad encontraste el amor en mi pequeña flor. No tengo duda de que eres el hombre correcto para mi florecita, ella es el amor de mi vida. Ella y mi esposo fueron el motivo por el que te dejé en el pasado, quería recuperar a mi familia, pero lo hice tarde. Perder a mi esposo y a mi hija me hirieron mucho, de la peor manera. Yo no tenía planeado hacerte daño, no sabía cómo manejar la situación era una imprudente.

No tienes idea de cómo me arrepiento de haberles hecho daño, por arruinar su relación. Si hubiera sabido que estabas con ella jamás me hubiera aparecido. Te mentí con respecto a que te iba a recuperar, solo fui para disculparme contigo y buscar a mi familia, pero el destino nos hizo una mala jugada.

Lo lamento mucho Jaxon, perdón por ensuciar tu adolescencia y por dañar tu relación con mi hija.

Solo quiero pedirte que la cuides, la protejas, la ames como se merece. Sé que eres el hombre indicado para ella; el brillo de sus ojos cuando habla de ti es inigualable, eres más que especial para ella, mi corazón de madre me lo dice. Te pido que la ames, no la dejes sola, es lo único que te pido.

Prometo no buscarlos más. Solo sean felices, luchen por su amor.

No se preocupen por mí, ya no seré un intermedio para ustedes. La vida se está encargando de que pague mis errores.

Te pido que cumplas mi última voluntad. Ama a mi pequeña flor, hazla feliz.

Se feliz Jaxon Clark.

Atentamente: Mariela de Hoffman.

Lo único que puedo pensar es que es una carta de despedida, algo le pasó a esa mujer.

Me limpio la lágrima. No me queda otra opción que llamar al padre de Mallory. Busco en mi escritorio el papel que me dio a escondidas cuando fui a Italia, me escribió su número de teléfono, me lo dio en caso de una emergencia si algo le pasaba a Mallory.

Sin importar lo que pase marco su número y en segundos me responde. No sé si le moleste que le pregunte por su ex esposa. Con voluntad le pregunto por ella y, pensando que lo tomaría mal, al contrario, al contestarme su voz suena débil como si estuviera llorando. Me preocupa más y mi idea de que algo le paso a Mariela son más asertivas. Lo que me dice resuelve mis sospechas.

Mariela ha muerto. Murió de cáncer.

El señor Hoffman ira a Canadá y me confirmo que Mallory ha ido detrás de ella, en busca de su madre. Se fue a Canadá.

No lo dudo y preparo mi maleta, iré a Canadá.

No pienso dejar a Mallory sola, menos cuando perdió a su madre, una persona importante es su vida, lo sé por sus propias palabras. También quiero ir a despedirme de Mariela, mi primer amor.

LIBIDO +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora