Meses después.
Desde que me mudé a la casa de Jaxon todo va de lo mejor, somos nosotros dos y nuestro grande morbo y amor. Hace tres meses comencé a trabajar con la empresa de mi madre y aunque aún me cuesta manejarla, Jaxon me ayuda. También he tenido que viajar a Canadá dos veces debido a los proyectos.
Hace una semana regresamos de una reunión en Francia conmemorando a la Lupercalia, el cual la pasamos más que increíble; esa noche nos unimos a una pareja de casados, jugamos entre los cuatro. Fue un sin fin de emociones y para culminar el día Jaxon y yo no la pasamos haciendo el amor como la mayoría de las veces lo hacemos, solos los dos. Debo admitir que utilizamos los regalos eróticos de Jaxon.
En estos momentos me encuentro en la sala trabajando en los nuevos diseños para las botellas de los nuevos perfumes. Mientras trabajo, como un poco de fruta picada; es tarde y Jaxon no se despierta para ir a trabajar. No hace falta levantarme para despertarlo, el solo llega a la sala con su pantalón de algodón y con su cabello alborotado.
—¿Por qué tan tarde, amor? —pregunto.
No responde a mi pregunta, se deja caer al sofá aun lado de mí y recarga su cabeza en mi hombro.
—Aún estoy cansado —habla con voz risueña.
Quito la laptop de mis piernas y la dejo en frente de la mesa de cristal. Tomo de su cabeza y lo hago recostarse sobre mis piernas.
—Toda la noche estuviste trabajando —le reclamo.
—Tenía un trabajo importante que terminar —se justifica.
—Ajá, pero después de terminar de trabajar como a las tres de la mañana me despertaste a que te diera un masaje y luego terminamos haciendo el amor —le recuerdo.
—Te gusto —asegura sus palabras con una sonrisa.
—Te dije que tengo que trabajar en lo diseños desde temprano.
—Tranquila nena, solo fue una hora.
—Una hora en la que pude aprovechar en descansar.
—No te enojes, mejor bésame —levanta sus labios en forma de puchero.
Una de mis cosas favoritas es verlo recién despierto. Se ve tan tierno adormilado dejando de lado el serio y frio hombre dueño de Milton's Corporation.
Desdé que comencé a vivir con él me di cuenta de muchas cosas sobre él, una de ellas es que le gusta que lo abrace mientras duerme o que lo mime antes de dormir, si no lo hago empieza a hacer pucheros, eso es una faceta que a simple vista es algo raro de ver en él. Recuerdo cuando lo vi la primera vez, tan elegante, frio, indiferente. Quien diría que aquel hombre fuera como un pequeño niño pidiendo por cariño.
Sin pensarlo beso sus labios, que a cada día me gusta besarlos con más frecuencia mientras acaricio su despeinado cabello.
—¿Terminaste? —pregunta al dejar de sentir mis labios.
—Sí, ¿quieres desayunar?
—Seguro Sonia tiene el desayuno preparado.
—Iré a ver.
Quito su cabeza de mis piernas, me levanto de mi lugar. Al estar de pie la mano de Jaxon aterriza en mi nalga haciendo un gran ruido, de inmediato la piel me comienza a arder.
—¡Oye!, eso me dolió —me giro y le reclamo.
No dice nada, solo se ríe. Es costumbre que haga esas cosas e incluso lo hace frente a sus amigos cuando salimos con ellos a beber...No le doy importancia y continúo con mi camino.
ESTÁS LEYENDO
LIBIDO +21
Любовные романыUna fecha importante, día de San Valentín, donde muchas parejas se declaran su amor. Pero, ¿cuál es el origen de esta celebración?... En pleno siglo XXI, la lupercalia se continúa festejando. Jaxon Clark, un reconocible diseñador catalogado como el...