Problemas.
Poco a poco se despoja de sus prendas de vestir dejando al descubierto su bronceada piel, esa piel morena que tanto me encanta. De mirar su detallado y perfecto rostro bajo a sus pectorales, es esos pequeños músculos fuertes que, sin dejar de admirar bajo a su parte masculina, ese miembro sensible, pero hace sentirme en el mismo cielo.
El ver su sexo masculino me dan ganas de arrodillarme y probar ese manjar, es digno de mirar. El ver el líquido blanquecino salir de la glande, me dan ganas de masturbarlo con mis manos y luego metérmelo a la boca y saborear con degustación. Esos pensamientos impuros hacen que mi vagina comience a palpitar y tenga una pequeña incomodidad que mis piernas se cierren voluntariamente.
— ¿Te duele? —pregunta.
Se percata de mi incomodidad entre mis piernas y como un cazador a paso lento se acerca a mí.
—Me palpita —afirmo.
Se ríe de mí con malicia y diversión. Su mirada me penetra, sabe el motivo de mi incomodidad. El muy descarado se aprovecha de la situación; con su mano derecha sujeta su miembro y comienza a saciar su propio placer. Me es imposible no mirar cómo se masturba, la palma de su mano hace una lenta fricción, pero hace sonidos obscenos que embellecen mis oídos.
No hay nada más excitante que ver a tu paraje masturbándose enfrente de ti dejando a la imaginación muchas cosas.
Sigue masturbándose mientras observa como mis piernas se mueven de arriba y abajo deshaciendo la cama para aliviar la incomodidad con el rose de mis piernas; pero no es de mucha ayuda, en verdad necesito ser llenada con su miembro.
—Clark... Detente.
— ¿Por qué? ~ Si me gusta... Masturbarme~ —dice con dificultad, su voz sale entre cortada y eso no me ayuda en nada, al contario me excita.
—Me duele, es molesto —confieso.
Para quitarme las ganas quiero masturbar, pero tengo las manos atadas. Se compadece de mi sufrimiento, deja de masturbarse, se me acerca y se sienta sobre mi vientre dándome la espalda, «¿Qué quiere hacer?» Sube sus caderas hasta mi rostro dejando colgando su miembro justo en mi boca. Me embellezco con la vista de su hermoso trasero, un perfecto y redondo trasero.
De inmediato comprendo, entiendo que vamos a hacer. Clark se inclina y siento su caliente respiración en mi zona intima, el siguiente paso, su tacto me paraliza por unos segundos, dos de sus dedos abren mis labios y con la punta de su lengua prueba el clítoris; brinco por la sensación, me gusta y Jaxon continúa con sus lamidas al escucharme gemir.
—Nena~ No siento tu boca —recrimina.
Y en seguida me lo meto a la boca, no todo porque para eso necesitó la ayuda de mis manos, solo chupo lo que puedo.
Los dos estamos chupando y lamiendo con intensidad.
Después de unos largos segundos, Clark se baja y de nuevo se sube sobre mí, pero ahora nuestros pechos hacen contacto y mis ojos se pierden en el hermoso iris gris de los suyos. Sin resistirse captura mis labios con los suyos envolviéndonos en un apasionante beso, se aleja un poco de mis labios y captura mi labio inferior con los dientes y me muerde.
—Me encantas —susurra.
—Y tú a mí.
Juntamos de nuevo nuestros labios hasta quedarnos sin aire.
— ¿Te has tomado las pastillas?
—Si.
— ¿Cuándo fue la última?

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LIBIDO +21
RomansaUna fecha importante, día de San Valentín, donde muchas parejas se declaran su amor. Pero, ¿cuál es el origen de esta celebración?... En pleno siglo XXI, la lupercalia se continúa festejando. Jaxon Clark, un reconocible diseñador catalogado como el...