Capítulo 21

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Siento unas grandes y cálidas manos llegar a mi espalda donde se encuentra el broche del sostén. Estoy en lo cierto, Liam toma el broche con sus dedos, jala y lo desabrocha dejando que mis pechos caigan por lo apretado del sostén, Jaxon toma la ventaja de quitármelo dejando a la vista mis pechos.

—Me encantas, nena.

Jaxon se mete la mano a su saco floreado y del bolsillo saca un lápiz labial, me lo entrega indicándome que me pinte los labios de rojo cómo siempre; quito la tapa y unto la barra roja sobre mis labios marcándolos de un intenso color.

Jaxon sonríe, me agarra el rostro y me besa. Nos fundimos en un apasionante beso, Liam no se hace tardar en unirnos y pega sus suaves labios en mi espalda y suben a mis hombros; con confianza sus manos van directo a mis senos y se amoldan en sus grandes manos. Con delicadeza la llama de sus dedos acaricia la aureola erizándome la piel y gimo sobre los labios de mi amo.

Mis gemidos son su aliento para jalar de mis pezones; al jalar los fricciona, sus caricias hacen que de mi garganta salgan suspiros. Es raro sentir dos pares de manos tocándome a la misma vez, pero me es excitante y curiosa esta nueva sensación.

Sus manos hacen magia con mis pechos mandando esa señal incomoda en mi entrepierna que comienza a humedecerse. Jaxon me roba el aliento con los ansiosos besos quemándome los pulmones por falta de aire, las piernas se me debilitan, Jaxon se toma de la cintura y me empuja hacia atrás retrocediendo un paso, pegando mi trasero en los trabajosos muslos de su amigo, él se pega a mi cuerpo sintiendo su erección en mi vientre. Liam baja sus manos hasta el borde de mis bragas y las baja lentamente hasta dejarlas caer a mis pies. Lanzo mis bragas con el pie un lado, Jaxon suelta mis labios dejándome respirar, me agarra de las caderas y me voltea quedando frente al castaño.

—Es toda tuya —le dice a su amigo.

Jaxon me suelta dejándome solo con Liam, él se dirige al sillón que se encuentre al frente de nosotros. Toma una copa de la mesita de noche que hay a un costado del sillón, se sirve vino espumoso mientras cruza las piernas poniendo su completa atención en nosotros.

Liam deja que su amigo se acomode en el sillón, al confirma la mirada de Jaxon puesta en nosotros me toma del cabello y me gira para verlo de frente, se acerca a mi cara para besarme, antes de que sus labios hagan contacto con los míos, Jaxon lo interrumpe.

—Sus labios no se besan, esos nos exclusivos para mí.

Liam entiende y acepta dando un si con el movimiento de su cabeza. Le queda claro que puede tocar todo mi cuerpo excepto mis labios. Sin darle mucha importancia baja sus labios a mi cuello, sus manos se aferran por la curvatura de mi cintura marcando sus dedos en mi piel.

Sigue con sus caricias, sin dejar de besarme el cuello me dirige hasta la cama y me avienta con suavidad; quito mi atención en Liam, por un momento me fijo en Jaxon, sigue bebiendo del vino espumoso con admiración hacia nosotros. Mi vista regresa de nuevo en Liam al sentir sus manos acariciarme los muslos hasta deslizarse a mis piernas, se detiene contemplándome, grabándose cada parte de mi cuerpo.

Debo admitir que me siento nerviosa y a la misma vez me siento desconfiada, no se siente lo mismo con Jaxon a unos metros de nosotros, sé que nos observa y de cierta forma me encanta la idea que me vea, pero me es necesario sentirlo, sentirlo arriba de mi mientras me penetra con profundidad cómo siempre.

Deja de tocarme para desabrochar los botones de su camisa para dejar a la vista su trabajado pecho y poco a poco voy admirando su abdomen. Se despoja completamente de la camisa; tiene la piel morena, bronceada, con un perfecto abdomen trabajado, digno de admirar.

Dirige sus manos al broche de su fino pantalón, desabrocha el botón y luego baja su cremallera. Poco a poco desliza sus pantalones dejándome ver sus largas, bronceadas y fuertes piernas. De tan solo ver su cuerpo mi mente empieza a imaginar cualquier tipo pensamiento erótico, lo qué puede hacer conmigo con su increíble fuerza.

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