Mi mejor opción.

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Capítulo 2:

Aiden.

Hace cinco meses que no se nada de ella.

Mentiroso.

Bueno, Sebastian, Amber y Tyler me contaban de vez en cuando.

Y tú les preguntabas.

Bueno, si. Pero ¿y que? No había vuelto a hablar con ella. Eso es lo que importa.

En fin... sigo.

Cinco meses que no hablo con ella.

Y me está matando poco a poco saber que estaba mal, que lloraba y que el embarazo seguía sin mi a su lado.

Me faltan noches para salir y días para dormir.

Y sofás para follar.

Esa es otra... cada noche lo hacía con una diferente para quitármela a ella de la cabeza, pero era imposible, siempre que follaba me la imaginaba a a ella.

Estos cinco meses se pueden resumir en; beber, fumar y follar.

En su momento lloré, claro que si. Joder, es la madre de mis hijos y el amor de mi vida. Pero me dejó muy claro que no quería volver a verme y que quiera seguir con su vida sin mi.

Eso es lo que estoy haciendo yo, siguiendo mi vida sin ella, por que eso es lo que ella quería, no yo.

Después de aquel día, del día en el que nos despedimos, volví de nuevo. Pero ni siquiera salió para hablar conmigo.

Entonces desistí.

Llamaba y llamaba, pero tampoco lo cogía.

Hasta que llegó un día en el que decidí rendirme.

-Levántate de sofá y vete a tu casa- dijo Tyler quitándome la manta de encima.

Estaba en casa de Tyler, anoche salió conmigo y me quedé en su casa a dormir.

Desde que ella se fue, Tyler y yo somos más amigos que antes, hasta llegué a pensar que ella le pidió que cuidase de mi, pero el me dijo que no cuando le pregunté.

-Vete a la mierda- me di la vuelta.

-No puedes seguir así, cualquier día te da un coma etílico.

-¿Y a quien le importa?

-A mucha gente. A Sebastian, Amber, a mi, a tus hijos, a Aly...

Me di la vuelta al oír su nombre.

-Lo siento, se me escapó- dijo encogiéndose de hombros.

Suspiré.

-Da igual, no podemos hacer como si no existiera.

-¿Por que no intent...

-No- lo interrumpí.

Ya sabía lo que iba a preguntarme.

-Esta bien- suspiró.

-¿Sabes algo de ella?

-No mucho más que ayer.

-Genial- dije en ironía.

-Igual si no preguntaras cada día tendría más que contarte.

-Me voy a mi casa- me levanté.

No tenía gana de sermones.

-Como quieras.

Me puse la camiseta de la noche anterior y olía a perro mojado.

Enséñame a ser tú destino #3 |+18| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora