Contigo al fin del mundo.

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Capítulo 17::

Aiden.

Estábamos a unas cuantas horas del juicio. Aly estaba de los nervios, ni siquiera había comido y estamos hablando de Aly.

Los dolores no habían disminuido y eso me tenía nervioso a mi. El juicio realmente me la soplaba, pero teníamos que ir.

Hoy era nuestro último día en Londres, esta tarde después de testificar nos iríamos definitivamente a España.

Tenía ganas de irme y dejar toda esta mierda atrás de una puta vez. Nos merecíamos paz después de tanto y al parecer estábamos a punto de tenerla.

-¡AIDEN, LA TOALLA!- la escuché gritar desde el baño.

Ya se había duchado dos veces en el mismo día. Estaba nerviosa y ya no sabía que más hacer para mantenerse ocupada.

Fui a llevarle la toalla y me quedé observándola mientras se secaba.

Aún no me podía creer que la morena que tenía delante de mi fuera mía. Que estaba embarazada por mi y que sera mi mujer en poco tiempo.

Estaba perfecta, preciosa y no había discusión. Ella se veía gorda y yo la veía realmente sexy embarazada.

-¿Puedes salir? Me estas poniendo nerviosa- dijo poniéndose la toalla al rededor.

-Podría... Pero no quiero. Y llevas nerviosa todo el día, no me eches la culpa- me acerqué a ella -Yo podría quitarte los nervios.

-No, gracias. Estoy bien así.

-¿Segura?

-Si, quita- me apartó con la mano y salió del baño.

En fin... había que intentarlo.

La seguí hasta el cuarto y se quedó parada justo delante del armario. No se para que por que ha apenas había ropa adentro. Todo estaba ya en las cajas y poca cosa quedaba en el armario.

Vi como sacaba un vestido azul y unas sandalias negras de abajo.

-¿No tienes nada mejor que hacer?- pregunto de espaldas.

-¿Mejor que observar como te vistes? No, créeme que no.

-Estas pesaito hoy eh.

-Deja que me haga mis fantasías contigo en mi cabeza. Ya que tú no quieres hacerlas realidad, tendré que soñar.

-Lo que hay que escuchar...- dijo haciéndose la loca.

-¿Te acuerdas aquella tienda de Sexshop a que la fuiste?- volví a acercarme a ella.

-Si, para no acordarme. Casi me obligas a tirar el vibrador.

-Podríamos pasarnos un día por una.

-¿Que?- se dio la vuelta.

-Pues eso, podemos comprar cositas que podamos usar ambos. Podemos experimentar- le agarré de un mechón de pelo mojado que tenía pegado al pecho y jugué con el en mis dedos.

Enséñame a ser tú destino #3 |+18| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora