Una boda y dos "si, quiero".

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Capítulo 31:

(Maratón 2)

Aly.

La noche antes de la boda no dormí nada. No se si fue por los nervios, por el resultado de la prueba de embarazo, o por que la cama sin Aiden se me hacía enorme.

Amber me despertó temprano y mi madre con Adeline aparecieron en casa poco después de desayunar.

Mi madre traía el vestido de novia y lo primero que hice fue ducharme. Creí que eso me relajaría, pero no. No lo hizo.

Bajé al salón en albornoz y me senté en un sillón que me habían preparado para maquillarme Amber.

Yo fui la que dije que no quería peluquera ni maquilladora, así que, Amber se ocuparía de mi cara y mi pelo. No quería nada complicado, un maquillaje sencillo y rizarme los pelos.

La boda era a la una de al medio día. Ahora mismo eran las once de la mañana. Por lo que teníamos tiempo.

-¿Y los mellizos?- le pregunté a mi madre.

-Com Hanna- contestó Adeline.

Me quedé más tranquila al saber eso. Llevaba dos días sin verlos y los echaba muchísimo de menos.

-¿Estas nerviosa?- me preguntó mi madre cogiéndome la mano.

-Estoy temblando.

-Deberías de estar tranquila. Todo va como debe ir; perfecto- dijo Adeline sonriendo.

-¿Sabéis algo de Aiden?- pregunté en general. Aún que sabía que si sabían algo no me lo dirían.

Amber continuo con su trabajo de maquillarme. Tyler era el que hablaba con la wedding planner para concretar los últimos retoques. Mi madre y Adeline nos hacían compañía mientras hablaban sobre la boda. Y yo, bueno yo solo hacía pensar en Aiden...

**

Mientras tanto...

Aiden.

-¿Quieres relajarte? Es temprano- se quejó Sebastian desde la cama.

-Hoy me caso, joder. ¿Cómo quieres que esté tranquilo?

-¿Quieres una tila?

-Quiero un whisky.

Estaba que me subía por las paredes. Horas. Faltaban horas para ver a Aly vestida de blanco. Horas para el "si, quiero". Aún no me puedo crees que se vaya a casar conmigo. Que después de tanto, vayamos a tener nuestro final feliz.

Estaba como loco por ver a mis niños junto a su madre.

Deseaba ponerle el anillo que nos uniría en matrimonio. Hasta que la muerte nos separase.

La adoro, joder.

Adoro todo lo que hemos creado juntos. Y todo lo que nos espera. Toda una vida juntos.

Las horas no pasaban. El reloj no avanzaba. Y yo me estaba poniendo de los nervios a medida que pasaba el tiempo. No sabía nada de ella desde que nos despedimos hace dos días y estaba deseando saber como estaba.

¿Estará nerviosa? ¿Tendrá dudas? Miles de preguntas se me pasaban ahora mismo por la cabeza. ¿Y si no aparece?

Más o menos a las doce de la mañana Sebastian y yo empezamos a arreglarnos. Yo estaba tan nervioso que no me salía ni el nudo de la corbata.

-Ven aquí- Sebastian me puso bien la corbata y me hizo el nudo. Me arreglo el cuello de la camisa y me miró sonriendo- estoy muy orgulloso de ti.

Enséñame a ser tú destino #3 |+18| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora