Enséñame a ser tú destino #3 |+18|

Epílogo.

(Maratón 3)

Dieciséis años después...

Aly.

Los gritos de Nora y Dylan rebotaban por mi cabeza. Llevaban desde que se despertaron discutiendo con Aiden sobre la fiesta que celebraba uno de los amigos de Dylan.

-¡SI EL VA YO VOY- gritó Nora.

-¡QUE TE CALLES YA! ¡ES AMIGO MÍO NO TUYO!- le gritó Dylan.

Adler, nuestro tercer hijo los observaba desde el sofá riéndose.

-¡PAPA DILE QUE QUE SI EL VA VOY YO!- volvió a gritar Nora.

-No vais a ir ninguno- zanjó Aiden el tema.

-¿¡QUE!?- gritaron a la vez.

-¿¡QUEREIS DEJAR DE GRITAR!?- gritó Aiden- vais a despertar a vuestras hermanas.

Harper y Jade eran la más pequeñas. Eran gemelas y tenían cinco años.

-No es justo que siempre sea él, el que salga de fiesta- se quejó Nora.

-Cuando tú tengas amigas de las que me pueda fiar, entonces irás de fiesta- le dijo Aiden.

-Me caen bien los amigos de Dylan.

-No vas a ir, Nora.

Entré en el salón y me senté al lado de Adler. El se llevaba diez meses con Nora y Dylan, pero no tenía nada que ver con ellos. Adler era mucho más tranquilo y le encantaba estar en casa en familia.

-¿Estas entretenido viendo como discuten?- me reí.

-Siempre están igual, mamá.

-¿Y tú de qué coño te ríes?- le preguntó Nora a su hermano Adler.

-Nora, esa boca- le regañó Aiden.

-Venga, todos al instituto- dije levantándome del sofá.

Nora fue la primera que salió cabreada y luego Dylan con Adler riéndose de ella.

Aiden se sentó en el sofá suspirando y me hizo un gesto para que me sentara encima de él.

-Espero que Harper y Jade sean más tranquilas que Nora- dijo apoyando su cabeza en mi hombro.

-Fuiste tú el que querías cinco hijos.

-Y no me arrepiento.

Me reí.

-¿Sabes que día es mañana?- pregunté.

-Diecinueve de junio, nuestro aniversario. No se me va a olvidar, ojitos.

-¿Cuantos van ya?

-Van dieciséis y todo los que nos quedan.

-El fuego tarda mucho en apagarse.

-Y las cenizas en esfumarse.

Me dio un beso y sonreí.

-Hasta que nos convirtamos en cenizas- dije sonriendo.

-Hasta que nos convirtamos en cenizas.