Vestidos de novia.

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Capítulo 26:

Aly.

Dos semanas. Dos semanas quedaban para la boda y aún no tenía vestido. Ni vestido ni había pensado donde se sentarían los invitados, ni tampoco la decoración de las mesas.

Adeline, mi madre y yo nos habíamos recorrido cada tienda de vestidos de novia buscando el perfecto, pero nada. No lo encontraba.

Estaba empezando a pensar que no iba a encontrar un vestido que me gustara. Un vestido el cual dejará a Aiden con la boca abierta. Por que eso era lo que quería; dejarlo con la boca abierta.

Cada vestido que me probaba era precioso, pero no era el mío. Ninguno lo era.

-No lo voy a encontrar- dije cogiendo mi Coca-Cola. Mi madre, Adeline y yo acabábamos de salir de la última tienda de trajes de novia que había en Málaga y habíamos parado para tomar algo -es imposible que me de tiempo.

-Tengo a un amigo en Londres que me puede hacer el favor de venir con su línea nueva de trajes de novia- comentó Adeline.

-Eso sería estupendo- le contestó mi madre.

-¿Cuando podría venir?

-Lo llamaré cuando llegue al hotel y le diré que es urgente. No tendrá problema en venir.

Después de eso, yo volví a casa, mi madre a la suya y Adeline al hotel donde se quedaban. Ya le dijimos que podían dejar el hotel y quedarse en la nuestra, pero no quisieron.

Cuando entré en casa, me encontré a Aiden en el suelo del salón con los mellizos muertos de risa y McDonald's sentado al lado moviendo la cola. Como unos bebés de a penas un mes podían reírse, pues ellos lo hacían.

Me quedé en la puerta, observando aquello. Sonreí al ver que Aiden no paraba de hacerles caras raras para que se rieran y ellos lo hacían.

Me acerqué cuando Aiden levantó la cabeza y me vio.

-Te veo muy entretenido- le di un beso corto en los labios.

-Así no lloran.

Subí a nuestro cuarto para cambiarme. Estaba en ropa interior cuando noté sus manos por mi espalda. La piel se me erizó y sonreí.

Me di la vuelta y puso sus manos en mi cintura.

-Ven- me cogió de la mano y me hizo seguirlo hasta la terraza de nuestro cuarto.

-¿Y los mellizos?

-En su cuarto con McDonald's.

Puso su mano en mi nuca y comenzó a besarme. Con deseo. Con ganas.

Su otra mano la puso en mi culo y lo apretó. Entonces empezó a jugar con el elástico de mi tanga.

-Tenemos vecinos- le recordé.

-Es de noche- me besó el cuello- Tengo ganas de jugar- restregó su entrepierna con la mía. Estaba duro.

Las ganas ganaron a la cordura y acabe quitándole la camiseta que llevaba puesta. El me quitó la ropa interior y yo los pantalones con los calzoncillos.

Me empujó contra los ventanales de la terraza y me obligó a darme la vuelta. Me pegó un guantazo en el culo y con una embestida entró dentro de mi.

Agarró mi nuca con fuerza y no dejo que me despegara del ventanal. Aquello me ponía.

-Quiero más...- pedí.

El me embistió con más fuerza y por un momento me dio miedo el ventanal. Pero aún así, no paramos. Acelerábamos el ritmo.

Empezó a tocarme el clitoris con la otra mano. llevándome al límite. Tal y como a él le gustaba. Teniéndome al borde del precipicio.

Enséñame a ser tú destino #3 |+18| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora