Enséñame a ser tú destino #3 |+18|

Yo entré y sin pedirtelo.

Capítulo 16:

Aly.

La mudanza, la boda, el juicio. Estaba estresada y creo que los bebés lo notaban por que llevaba días con dolores insoportables.

-Deja de mover cajas. Vas a hacerte daño- Aiden estaba mosqueado por que no le dejaba hacer la mudanza solo.

Eran muchas cosas y el no podía con todo por mucho que dijera que si.

-No voy a morirme por mover cajas.

-No, pero llevas días con dolores y no son normales. Así que, estate quieta.

-Mira que eres cabez...joder...- me quejé poniéndome la mano en la barriga.

-¿Ves?- se acercó a mi- ven, vamos a sentarnos- me cogió en brazos y me llevo al sofá.

Aún no se como podía conmigo estando embarazada de mellizos, pero podia.

-Puedo andar.

-Cállate.

Eso, cállate.

Dejé que me llevara al sofá y se sentó conmigo a mi lado.

-Sabes que no puedes solo con todo, deja de hacerte el fuerte delante mía y admite que todo esto te viene grande.

-No me viene grande.

-Si, si que te viene grande. Pero te empeñas en fingir delante mía en que puedes con todo y los dos sabemos que no. Y es normal, no por eso eres peor o eres débil, todos necesitamos ayuda alguna vez y está claro que no podemos con esto solos y menos aún tú solo.

-Solo necesitamos más tiempo.

-Tiempo que no tenemos.

-Aun tenemos tres semanas- me recordó.

-¿Y de verdad crees que en tres semanas vamos a poder hacerlo todo? ¿Los dos solos? Por que yo creo que no.

Al fin pareció reaccionar.

-Esta bien, necesitamos ayuda...

-Lucas y Marcos nos pueden ayudar.

-Ellos están para tu seguridad no para ayudar en una mudanza.

-Aiden, ¿Quieres dejar de ser tan cabezon? Joder que más da que nos ayuden. En ningún momento he dicho que me dejaran sola, solo he dicho que pueden ayudar.

-Vale, joder. Tampoco es para ponerse así.

-La cuestión es quejarse- susurré.

-La cuestión es quejarse- repitió imitando mi voz.

-Eres inútil- le di con el cojín.

-Y tu una pesada.

-¿Me estás llamando gorda?- me hice la ofendida- me gustaría verte a ti embarazado de mellizos.

-¿Q-Que? ¿Qui-en a dicho nada de eso?- se puso nervioso- No me refería a eso.

-Si, si te referías a eso. He notado que llevas tiempo queriéndomelo decir.

-¿Q-Que? Pero ¿Que dices? Ni siquiera lo he pensado.

-Pues lo siento si estoy gorda y no te gusto. Es lo que hay.

-¿Que no me gustas? Joder, no sabes lo que dices.

-Si que lo sé. Y en el fondo tú también lo sabes.

Me estaba aguantando la risa. Estaba nervioso y se había puesto blanco.

-Aliyana, deja de decir gilipolleces por que te puedo asegurar que si me dejarás, te estaría follando día y noche.