El trueno que rompe el silencio

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~08~

=Sofía=

Ahora mi paz era atacada un tornado de dudas sin respuesta.

Quería seguir durmiendo, no tenía ganas de ver a nadie, y mucho menos... A Viento, no entendía por qué, pero ese sueño me avergüenza, soñar que estaba a mi lado, diciéndome lo que era, me pedía que no me alejara, y terminar abrazándolo, sintiendo sus latidos...

—¿Qué esperas para ir a la escuela? —mi mamá interrumpe en mi cuarto pero se queda callada al verme —¿estás bien? ¿te sientes mal? Tus mejillas están muy rojas.

Al decirme eso, reaccioné, no puedo creerlo, ¿qué me está pasando?

—N- No es nada —le digo mientras ella toca mis mejillas creyendo que me encuentro enferma—. Estoy bien, no tienes de qué preocuparte.

—¿Segura? —me pregunta preocupada. Yo asiento con la cabeza —Bien, entonces prepárate para la escuela, el desayuno ya está en la mesa, me tengo que ir, y si necesitas algo, Simon estará al pendiente.

—¿Simon?, ¿Al pendiente? —la juzgo incrédula, Simon es mi hermano, dos años mayor.

—Sí, Simon, estará aquí dos semanas —me contesta mientras sonríe al ver la que creo que es mi cara de sorpresa.

—¿Dos semanas? ¿No tiene clases? —vuelvo a preguntar, es muy poco creíble.

—Sí tiene clases —me regaña por la poca fe que le tengo a mi hermanito —, pero ya sabes que su universidad no queda tan lejos, puede quedarse aquí. Esta casa siempre será su hogar.

Iba a replicar en el momento en que Simon aparece en el marco de mi puerta con una cara de felicidad como si tuviera cinco años.

Chofiiis hace taaanto que no nos vemos —me saluda exagerando sus expresiones.

—Nos vimos hace dos semanas y-

—No me interrumpas —se queja. Cuando llega a mi lado, se tira en la cama, pegándose a mí y comienza a golpearme amistosamente con una almohada —¿Cómo es posible que seas así de secaaa?

—No soy mar como para no ser seca, baboso —ataco.

—Sofía, por favor —mi mamá me regaña nuevamente, Simon se ríe de eso—. Bien, ya me tengo que ir, Simon, sé responsable ¿sí? -—le ruega. Ahora yo soy la que se ríe, ¿qué tan poco confía mamá en él como para que le diga eso?

—Sí, lo haré —acepta cansado.

—Entonces ya deja en paz a Sofi para que se prepare para la escuela, y tú igual prepárate —mamá ordena por última vez.

Simon y yo asentimos, y nos despedimos de ella. Cuando escuchamos la puerta de la entrada siendo cerrada, el rubio habla.

—Esto no se va a quedar así, cuídate porque cuando menos te lo esperes, te arrepentirás de ser tan fría.

—¿Te atreves a amenazarme, mocoso? —le digo mientras lo golpeo con mi almohada.

—¿Te acompaño a la escuela o prefieres ir sola? —habla ignorando olímpicamente que lo estoy golpeando.

—No, no te preocupes. Tal vez Marina y Carlos vengan por mí —revisé mi teléfono, y el único mensaje que tengo de Carlos y Marina es uno que dice: "espera, que hoy no vamos por ti". ¿Eso qué significa?

—Bueno, entonces ya prepárate—ordena el chico saliendo de mi habitación, así que comencé a prepararme para la escuela. Al tomar la libreta que en mi sueño Viento tomó y rayoneó, me di cuenta que tenía varias hojas arrancadas, yo no acostumbro a arrancar la mismas cuando están enumeradas... olvídalo Sofía, fue un sueño sin más, me dije, y es cierto, sólo fue un sueño.

T E M P E S T A D [✔] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora