Por última vez, la lluvia arrecia

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~28~

=Vicente= 

—¡Tienes que levantar más la cara!— me gritó Cecilia.

—¡¿Cómo te atreves a hablarme así?!— grité alzando la cabeza. El abuelo aplaudió.

—Sólo llevas media hora practicando, y ya eres mejor  que el inútil que tengo como hijo— bromeó. 

—No creo que sólo media hora sirva para recuperar años de desorden.

—En esta vida sólo existen dos tipos de personas: las que tienen el talento, y las que se esfuerzan por alcanzarlo. Querido nieto, tú tienes el talento,  y tu tío, es el ejemplo del esfuerzo.

—He trabajado cada día desde que comencé a actuar. Pero simplemente he llegado a donde estoy porque he querido esforzarme. Vicente, en cualquier momento llegarás a mi nivel, sin haber recorrido el camino que yo pasé— dijo mi tío, ¿una batalla por la gloria entre el esfuerzo y el talento? No entendía.

—¿Cómo voy a llegar tan alto, y alcanzarte, sin haber pasado antes por donde tú ya lo hiciste?

—El talento te hace mejor. El esfuerzo es muy bueno, puedes esforzarte todo lo que quieras, pero cuando no tienes el talento natural, y sólo trabajas con un talento ganado por tu trabajo duro, alguien que tiene ese don nato, te rebasará en segundos, lo que tú te tardaste años— dijo Cecilia.

—Yo no tengo talento— dije lentamente. Mi tío, Elías, se levantó y caminó hacia mí.

—Dejé de actuar, y construí mi propio imperio de una gran cadena de restaurantes, a día de hoy, cocino para mi trabajo, y para mi familia, gané estrellas, premios, todo eso, cocinando. Dejé de actuar, porque entendí que por más que me esforzara, simplemente no era bueno, pero era demasiado admirado cuando estaba dentro de una cocina. Esa es mi pasión, mi verdadero ideal y...

—Tu talento es la cocina, ya entendí— dije interrumpiéndolo de mala gana.

—Como también el de Cecilia es la moda, como el del abuelo es conquistar los corazones de las personas, como el de tu madre era el teatro musical— dijo con seguridad— y yo en ti, siempre he visto un gran talento para la actuación en general.

—¿Talento para actuar? No tiene sentido.

—No tiene sentido que lo intentes negar— dijo el abuelo, quien se había puesto al lado de  Elías, y me había entregado un viejo libreto— Toma, tienes 20 minutos para aprenderte los diálogos del protagonista, en esta escena, lo que está subrayado. Después de eso, tú practicarás conmigo, yo seré el antagonista. 

—No tiene sentido, Barty ¿me estás dando sólo 20 minutos para aprenderme 10 hojas?— dije incrédulo.

—¿Crees que es exagerado?— preguntó, yo asentí con obviedad— entonces serán 15, ni un minuto más, ni uno menos— me retó.

M hizo una seña para que me fuera, y eso hice, ¡ese viejo estaba loco! ¿cómo espera que un novato logre aprenderse bien, y de buena manera toda una escena? 

Fui a mi habitación, donde Blanchett, sí, para Bianca será Bolillo, pero pienso que el Señor Blanchett combina más conmigo.

El gato naranja con unos maravillosos ojos, ¿azules? La última vez, los había visto verdes...

El punto es, que la personalidad del Señor Blanchett al principio parecía distante, pero ahora es muy cariñoso. El felino me esperaba con un suéter navideño, que Bianca me obligó a comprarle, para que le volviera a servir comida.

T E M P E S T A D [✔] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora