Cuando los truenos suenan

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~25~

=Vicente=

Los recuerdos son lo peor, mucho más cuando tratan de un amor viejo.

Sólo he amado a una chica con todo mi corazón a lo largo de toda mi vida. Esa era Sofía Torre.

Aquella plática, en aquel recuerdo, había sido parte de los muchos momentos que vivimos juntos en el pasado. 

La conocí desde antes de cumplir una década de vida. En un hospital, en medio de una tormenta. 

Pero ahora no es momento de hablar de aquel sueño. Tal vez en otro momento, o en otra vida, en otro mundo o en otro tiempo. 

No sé cuándo explicarlo, sólo sé que hoy no.

Bianca estaba emocionada, parecía que ya no le dolía ese amor de niños (aunque no de tan niños). 

Habíamos pasado ya por varias tiendas, y habíamos comprado la comida, los productos para bañarlo, agendado la cita para el veterinario (teníamos suerte de que estuvieran abiertas todas y cada una de las tiendas, y la veterinaria, fue de milagro) y cuando estábamos comprando varios atuendos para Bolillo (sí, al final ése nombre se quedó y Bianca había rogado por comprarle ropa) me di cuenta de que no iba a poder cargarlo todo, así que llamé a Cecilia para recogernos en el momento en que termináramos las compras.

-¡Este también!- decía Bianca cada vez que le gustaba un atuendo.

-Bianca, ¡ya llevamos cuatro! ¡Y si no le gustan a Bolillo, será un desperdicio de mi dinero!- me quejé. 

Ella iba a reprochar, pero entendió que si ella seguía en esa tienda, yo me quedaría sin dinero. Cuando salimos, llamé a Cecilia para darle nuestra ubicación y que pasara por nosotros. Justo después de terminar la llamada con Cecilia, chocamos con Marina y Simon.

-¡Vicente! no creía que pudiera verte dos veces en un día- dijo Marina riéndose. Había recuperado su brillo de antes. Pero por el otro lado...

-Hola Vi- dijo Simon sin energía, él parecía sentirse mal por haber hecho llorar a Bianca.

Bianca no prestaba atención a las personas con las que nos habíamos topado. Estaba más interesada viendo las calles decoradas por la época, mientras cargaba la pequeña bolsa con los pequeños atuendos, y accesorios que le compramos a Bolillo, como si estuviera ansiosa por llegar a casa y ponerse a jugar con el gato.

-¡Hola!- contesté con emoción- ¿qué hacen aquí?- pregunté.

-Pues, alguien- dijo Marina, mientras miraba a Simon, culpándolo- olvidó comprar los regalos de su familia. Y yo estoy ayudándole a comprar algo para Sofía.

Comencé a ver a Simon, esperaba que él reprochara por la acusación de Marina, pero sólo sonrió con tristeza. Tenía que hacer algo.

-¿Los puedo acompañar?- pedí. Ambos se sorprendieron, pero parecía que tenían una sospecha de mis intenciones.

-¿No estás aquí para comprar algo?- dijo Marina sospechando. Yo sonreí y asentí.

-Así es, pero ya terminé mis compras. Y Cecilia está por venir para recoger todo, incluso a ella- dije, y le acaricié la cabeza a mi hermana, que seguía sin poner atención.

Ambos pensaron en qué hacer.

-Pero- seguí, al darme cuenta de lo mucho que estaban tardando en aceptar- si no quieren, no hay problema. 

-¡No es eso!- dijo rápidamente Simon- es sólo que...

-¿Estaban en una cita de víspera de Navidad?- me burlé. Simon se sonrojó un poco, pero Marina se rio de mi comentario.

T E M P E S T A D [✔] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora