Refugios y palabras

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~24~

=Vicente=

Acepté ver a Marina, era una muy buena oportunidad para arreglar las cosas. ¿Eso me ayudaría a volver a estar cerca de... Sofía? 

Ya ni siquiera sé si es prudente decirle "Mi relámpago". 

Decirle así, me hace feliz, pero temo incomodarla al hacerlo. 

Ambos acordamos hablar, en persona, ese mismo día, no nos importó que fuera Víspera de Navidad.

También tenía que salir a comprar todo lo necesario para cuidar a mi nuevo amigo peludo, no había preparado nada, puesto que no pensaba adoptarlo así. Pensaba preparar todo antes de su llegada, pero, cuando lo vi ahí, en la oscuridad, sucio y con hambre, no pude controlarme, y lo llevé a mi habitación.

Estar solo, en una situación así, no era fácil, y lo sabía, así que quise acompañar a ese hermoso gato, y... acabar con su soledad.

-Cecilia, voy a salir, regreso en unas horas- le avisé antes de salir.

-¿No piensas llevarte a Bianca? La pobre no ha podido salir, ni al patio. Anda, llévala contigo- ordenó.

-Me encantaría, pero....

-¿Pero? ¿Dijiste "pero"?- Cecilia preguntó amenazante.

-N..no nada- dije nerviosamente- la llevaré.

Cuando Cecilia comienza a hablar en su tono amenazante, es mejor correr y hace lo que ordene. 

Ahora tendría que llevar a Bianca conmigo, ¿cómo haré para hablar con Marina si Bianca está ahí? 

Salimos de la casa, yo llevaba puesto un gabardina abierta, odiaba abrochármela, y debajo, un suéter con cuello alto, las marcas no se quitan de la noche a la mañana, y me preocupaba que mi pequeña hermana lo notara y se preocupara, sin embargo, Bianca estaba muy emocionada como para notar lo que sucedía a su alrededor, quería comprar todos los dulces que veía en las tiendas, pero realmente no podía, había mucha gente, las típicas personas que dejan los regalos de Navidad a última hora.

Me las ingenié para que Bianca no me soltara ni por error cuando pasáramos por enormes grupos de personas. Era un desastre.

Cuando llegamos al lugar donde había acordado verme con Marina, ella ya me estaba esperando, pero aún así se sorprendió de que Bianca estuviera conmigo.

-Fue de último momento, lo lamento- le dije cuando me percaté de la sorpresa en su cara al ver a Bianca con su abrigo rojo, que hacía un tierno contraste con su corto cabello negro y su piel blanca. 

-No hay problema, tengo que admitir, que igual alguien me acompaña de imprevisto- cuando terminó la frase, comenzó a ver hacia su derecha, y yo hice lo mismo.

Mi corazón dio un brinco, no podía creerlo, no había visto su cara desde esa noche, comencé a sentirme avergonzado. Pero por otro lado, Bianca, quien igual vio hacia la misma dirección, comenzó a emocionarse, su pequeño e inocente rostro irradiaba felicidad.

-¡Perdón si me tardé, la cafetería estaba llena! Oh... ¡Hola Vi!- Simon saludó con emoción, él era quien acompañaba a Marina.

Yo sonreí amablemente, e incliné la cabeza en forma de saludo. Simon le entregó los vasos de café a Marina, y me dio un abrazo.

-¡¿Cómo has estado?! Me han dicho que has faltado mucho a la escuela. ¿Qué ha pasado?- me preguntó mientras se separaba de mí.

-No ha pasado mucho- afirmé, era cierto, no había pasado mucho: sólo me rompieron el corazón y me deprimí casi un mes- pero te puedo asegurar que ya estoy mejor- terminé.

T E M P E S T A D [✔] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora