La manera en que el viento afecta a todos

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~20~

=Vicente=

¿Las personas pueden tener más de un refugio?

Los días pasaron, ella siguió evitándome, y el dúo dinámico la cubría. Ellos fingían no saber, fingían que todo estaba bien, entre ellos y yo, todo estaba bien... entre ella y yo, no lo estaba del todo.

¿Es normal sentirse sin vida cuando quien quieres no está a tu lado?

-Llevas pensando eso demasiado tiempo. Claro que es normal, ¡idiota! No es por recordártelo, pero, ¿acaso no perdiste a tu madre?- Ramiro interrumpe mis pensamientos. Es cierto, llevo días pensando esa misma pregunta.

-Sabes que es distinto, a ella la necesitaba en el momento en que se fue, y... a ella, la quiero...- no pude terminar porque Ramiro me interrumpió poniendo una cucharada de cereal en mi boca.

-Primero, desayuna- dijo, y espero hasta que terminara de comer lo que tenía en la boca- ahora, ¿la manera en la que la quieres cuál es? Contigo nada es concreto, y no puedo ayudarte a ganar una guerra si no me das un arma- se quejó.

¿Cuál era la manera en que la quería? Eso es fácil, la manera en que la quiero es...

=Sofía= 

-¡No puedo creerlo!- me regañó Marina. 

-¿Tan difícil es?- contesté.

-Simplemente es complicado creer que él estuviera aquí, en TÚ habitación, y te dijera todo eso. ¿Cuándo pensabas decirme?- se queja.

-No pensaba hacerlo- confesé. 

Hace unos días, exactamente, hace tres días, en el último día de clases antes de las deseadas vacaciones de invierno, Marina descubrió algo extraño en mí: cada vez que Viento se acercaba a mí, inventaba una excusa para salir corriendo y no hablar con él.

Cada vez, mis excusas se volvían más obvias y demasiado malas. Una de esas, fue cuando él corrió hacia donde estábamos Carlos, Marina y yo. Justo antes de que él llegara, inventé que le había prometido a mi mamá ver el estreno de una novela con ella, y así, me fui corriendo directo a mi casa.

-¡Sofía no entiendo, no entiendo, no entiendo, no entiendo!- me gritó como si estuviera frustrada.

-¿No entiendes?- pregunté tranquilamente.

-¡Sí! No entiendo porqué permitiste lo que pasó aquí, pero luego lo alejaste. Se lo prometiste, y conociéndote, tú jamás rompes tu palabra ¿A qué juegas?

-Para serte honesta, yo tampoco me entiendo- dije, mientras me tiraba en mi cama y me cubría la cara con una almohada- no lo desprecio, pero tampoco...- suspiré- sólo no quiero salir lastimada, y no quiero lastimarlo.

-No puedo creerlo- dijo cubriéndose la cara con la mano- Sofía, ¿eres idiota?

-¿Perdón?- respondí ofendida.

-¿Sí sabes que salir lastimada es parte del proceso?- me regañó.

-Eso no tiene que ver. Él simplemente cree que me quiere, pero no es así. Si fuera real, ya me estaría buscando, esa es la única idea que me consuela. 

-Si fuera real... él estaría dándote tu espacio, porque sabe lo que te pasó, y necesitas tiempo para asimilar todo. Y es lo que está pasando. El tiempo igual está corriendo, pero tú lo desperdicias creyendo que todos son iguales, y buscas no salir lastimada. 

T E M P E S T A D [✔] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora