~31~
=Sofía=
Todo estaba lleno de color ¿en qué momento esta fiesta se puso interesante?
Me dolía el cuello, pero no lo suficiente como para sentarme por ahí a agonizar. El alcohol era un muy buen analgésico.
El pelinegro que me había rechazado, me llevó a la habitación de uno de los organizadores, e hizo que me pusiera lo primero que me quedara del armario de la habitación.
Estaba triste, sabía que no iba a volver a verlo, pero algo en mi me gritaba lo contrario, mi cabeza estaba llena de un dilema eterno: no volver a verlo, pero disfrutar de la fiesta a su lado, o esperar a cumplir el reto y disfrutar cuando pase.
Después de vestirme con un overol de mezclilla encima de mi suéter gris, él me vendó el cuello para que nadie viera lo que tenía escondido.
La verdad pienso que me voy a convertir en vampiro, y gracias a mi transformación estaba viendo cómo el piso se movía bruscamente, estuve a punto de caerme, pero alguien me detuvo.
—¡Maldita Sofía! ¿Dónde estabas? —era Marina.
—¡Marimaaaar! —dije emocionada, la castaña comenzó a olerme.
—¿Dónde estabas? Hueles a todo, menos a ti.
—Arriba— contesté alegremente. Marina tiene un gran olfato, es algo muy de ella.
Cuando le contesté ella se sorprendió, y enojada habló entre dientes.
—Fallaron...
—Mar... ¿qué te pasa? —preguntó el chico que hasta ahora me di cuenta que estaba a su lado. Definitivamente era Ulises.
Ulises era alto, de ojos verdes, y con una fascinante piel blanca, físicamente era hermoso, era muy popular por eso, aunque yo estoy más interesada en otro tipo de chicos.
Mientras Ulises intentaba calmar la inevitable ira de Marina, yo comenzaba a ver en todas las direcciones en busca del pelinegro.
¿Si me interesaba él?
No, me interesaba el extraño parentesco que tenía con él.
—Quédate aquí— ordenó la castaña— ni siquiera pienses en moverte, iré a hablar con ellos. Si te mueves, mañana no despiertas.
No entendía a lo que se refería, así que seguí buscándolo. Habíamos acordado que yo bajaría primero, y luego lo haría él, que bajaría después de hacer unas cosas.
—¿Qué clase de cosas? —le pregunté cuando me pidió bajar primero.
—Privadas, tengo que calmarme, haz lo que te digo— ordenó.
Y después llegamos a esta situación, me perdí entre el mar de gente, y lo había perdido a él.
Era como naufragar, porque el suelo se seguía moviendo salvajemente cual olas en una tormenta. Y yo, seguía tropezándome.
Estaba cansada de dar vueltas, las personas se movían con salvajismo ante el ritmo de la música, me harté de buscar, y comencé a unirme al mundo, comencé a bailar sin rumbo.
Una mano tomó mi cintura, ya no importaba quién era, importaba pasarla bien. Estaba cansada, confundida y adolorida, mala combinación bajo el efecto del alcohol.
—¿No dijiste que íbamos a pasarla bien esta noche sin esperar un mañana? — me susurró al oído, y pude reconocer su voz, era él.
—...Vicente— dije por lo bajo. El pelinegro se quedó inmóvil, lo había arruinado, me había equivocado de persona —lo lamento, te confun...
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T E M P E S T A D [✔] #1
Teen FictionCORRIGIENDO Después de la tormenta viene la calma, decían, pero, ¿y el desastre que dejó? Sofía, una chica "distinta a las demás" que vive en su propia realidad, mientras los otros están en el mismo mundo. No es hasta que conoce la verdadera forma...