~34~
=Sofía=
Esto era malo, muy malo.
Sirenas, luces rojas y azules, una ambulancia, Vicente me abrazaba con fuerza, Bianca y su tía estaban a nuestro lado, junto con mis padres, las madres de Marina y Carlos, junto con Marina estaba al frente de todos, llorando en el pecho de Simon, quien la consolaba inútilmente.
Hace quince minutos todo era normal, estaba por declarar mi amor, ¿qué pasó? Ernesto y Edgar, ese par hizo todo. Pero fue mi culpa. De nadie más que mía.
Estaba llorando, pero era difícil entender y creer lo que había pasado.
Carlos estaba en peligro, había la probabilidad de que no llegara al hospital.
La ambulancia se lo llevaba, su mamá y Marina lloraban como nunca antes en su vida, y era comprendido su dolor: no todos los días te enteras de que puedes perder a un hermano y un hijo. Todos llorábamos, yo estaba por perder al mejor amigo del mundo, pero la culpa dominaba en mis sentimientos. Lloraba, sí, sabía que Carlos podía no volver, también, sí, y aún así me odiaba más a mí, ellos me lo dijeron: los metía en problemas a cada rato.
La mamá de la castaña, y la mamá del moreno se fueron en la ambulancia, Cecilia cubría a Bianca para que no viera lo que estaba pasando, pero la pequeña ya lo sabía, ella lloraba sabiendo la verdad.
Marina se quedó con Simon, llorando en su pecho, la novia se Simon no entendía que estaba pasando, pero apoyaba su cabeza en el hombro de su novio, quien no le hacía caso, mis papás habían decidido irnos, y dejar a Marina con su mamá, era lo mejor.
—Me voy con ellos, las veo en la casa —Viento le dijo a su tía, ella asintió.
Todo estaba pasando tan rápido, ¿en qué momento cayó la noche? No lo sabía, me he concentrado más en odiarme que en nada más.
Nos dirigimos a la camioneta blanca de papá, mamá conducía, pues papá estaba llorando con mucho dolor, él quiere a Carlos como el hijo que nunca tuvo, sí, a pesar de tener a Simon, ama demasiado a Carlos.
Simon seguía consolando a Marina, y Viento estaba a mi lado abrazándome, con fuerza.
—Llegamos al hospital —habló con dolor mamá al detener la camioneta.
—Gracias señora Liliana —dijo Marina —Sofía, ¿quieres ir? —me preguntó, yo asentí, ambas bajamos seguidas del pelinegro y el rubio que pasaron todo el camino consolándonos.
La novia de mi hermano se quedó en la camioneta para que mis papás la llevaran a casa.
Las mamás estaban llorando, en la sala de espera, no entendí lo que pasaba, sólo estaba ahí, perdida entre un mar de catastróficos acontecimientos.
—Sofía, la mamá de Carlos te permitió ir a verlo, iré contigo —dijo Simon, me perdí tanto en mis pensamientos que no me había dado cuenta de la hora, pasaban más de las 11.
La habitación era silenciosa, al entrar, una luz cálida nos recibió, Carlos se movía con cuidado.
—Carlos... —dije. Él giró la cabeza para vernos, y sonrió débilmente.
—Sof... no te atrevas a decir que esto fue tu culpa —contestó.
—No gastes tus fuerzas en hablar, por favor —pidió el rubio.
—No importa, tal vez esta sea la última vez que hable, tengo que hacerlo.
—No digas eso —sollocé.
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T E M P E S T A D [✔] #1
Teen FictionCORRIGIENDO Después de la tormenta viene la calma, decían, pero, ¿y el desastre que dejó? Sofía, una chica "distinta a las demás" que vive en su propia realidad, mientras los otros están en el mismo mundo. No es hasta que conoce la verdadera forma...