El ojo de la tormenta

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~16~

=Sofía=

No podía creerlo, ¿realmente Simon sabía lo que pasó? 

Por un momento, ambos estábamos viéndonos fijamente, él esperaba mi respuesta con una sonrisa de superioridad en su cara, y yo, estaba creando mi perfecto plan para llegar a Australia... espera, ¿no era a Alaska...? No importa a dónde sea, mientras más lejos, mejor.

-¿No me vas a contestar "Su relámpago"?- Simon me saca de mis pensamientos haciendo un puchero. Esto es una burla.

-No es de tu interés- le contesto con frialdad- pero si tanto te quema por dentro saber, te diré: Vicente y yo no nos besamos.

Al terminar esa frase, me levanté, sin esperar alguna respuesta de su parte.

Tal vez parecía molesta por fuera, pero por dentro, estaba muriéndome de vergüenza. Y aún así, con la frente en alto, porque si mi orgullo estaba por los suelos, no iba a permitir que  Simon limpiara el piso con mi dignidad.

Me dirigí a mi cuarto con rapidez, y cerré con fuerza la puerta para después desplomarme delante de ella.

Estaba frustrada ¿por qué hice lo que hice? Lo único que recuerdo haber intentado era molestarlo para que se sonrojada, ¡no pensaba en nada más! 

¿Ahora cómo hago par ver a Viento a la cara? Debe de estarme odiando. Pero... él igualmente se acercó a mí... ¿quiere decir que...?

Antes de poder formular alguna respuesta al dilema que ahora daba vueltas por mi cabeza, vi mi mochila, y recordé el dibujo que hice. Me levanté para tomar mi mochila, y verificar que ahí estuviera.

Y realmente, ahí estaba, al tener en mis manos ese dibujo, mi corazón comenzó a latir con fuerza.

-Realmente es hermoso- susurré.

El dibujo era perfecto, a pesar de no estar terminado, estaba encantada, pero a la vez, estaba decepcionada, la imagen en mi cabeza de aquél momento era completamente diferente, era aún más hermoso como lo recuerdo que en el dibujo.

No tenía idea de cómo estuvieron las clases, y seré honesta, no me interesaba mucho, de cualquier forma, después le pediría apuntes a Edith, ella es tan dulce, se merece más que el cielo.  

Así que, sin tener idea ni ganas de ponerle atención a la escuela, pasé toda la tarde terminando aquél dibujo, realmente adoraba cómo estaba quedando, pero no quería que sólo fuera un buen dibujo. Tomé un pequeño lienzo, mis pinturas, y pasé aquél dibujo de papel, a ese lienzo, el dibujo original, lo dejé a un lado, tomé hojas opalinas y de la misma manera que con el lienzo, pasé el dibujo, y lo terminé con acuarelas. 

Los tres eran perfectos, amé con locura cada uno de los resultados, claramente, no terminé en una hora todo, cuando lo hice, la noche había caído, Simon se había ido con sus amigos hacía un par de horas, y no faltaba más de una hora para que fuera media noche ¿cómo pude terminar sin luz de día? Yo también me lo pregunto... supongo que es parte de la magia de las historias de internet...

Ya había terminado, y estaba cansada y hambrienta, entonces, me di una ducha, me preparé para dormir, cuando la pintura del lienzo se secó, lo colgué en mi pared y los otros dos los dejé en mi escritorio, y fui a recalentar, por segunda vez en el día, las empanadas que no había tocado durante la comida, para mi suerte, Simon ya se las había comido y en el plato donde estaban, dejó una nota:

"No te las comiste cuando pudiste, así es la vida querida hermana, si no te decides por algo, alguien más te lo quitará. 

T E M P E S T A D [✔] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora