Cuando las nubes chocan

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~10~

=Sofía=

Cuando las nubes chocan, provocan rayos, relámpagos y, truenos.

Sus ojos color avellana son asombrosos... No puedo borrar de mi mente la imagen de él haciendo una reverencia y besándome la mano: lo que acaba de pasar; fue algo que jamás esperé de nadie.

—¿Ramiro? —pregunto todavía atontada por lo inesperada que fue su acción y recordando lo que hace unas semanas me contó mi mejor amiga— ¿Fuiste tú el que escribió en los baños lo de la cámara secreta?

El rubio sonríe abiertamente feliz de haber escuchado esa pregunta.

—Así es —responde triunfante—. Un amigo me retó, el director me sugirió el cambio o si no, me suspendía por eso —finaliza observando divertido al pelinegro que está detrás de mí. Hablando de él, no ha dicho ni una palabra desde que su amigo tomó mi mano.

—¿Te sugirió? —hablo sin terminar de entender.

—Le expliqué que fue un reto, y me dijo que si aceptaba cambiarme de salón, esto pasaría al olvido. Pero no creo que nadie olvide al admirable vándalo que escribió en los baños: "la cámara de los secretos ha sido abierta, enemigos del- ".

—Ya entendimos Ramiro, ya te puedes ir —lo cortó Viento; sin embargo, el mencionado sólo sonrió retándolo.

—No te preocupes por mí, el que debería irse, eres tú —le contesta como si estuviera intentando irritar al primero, lo peor fue que si lo logró: el pelinegro revisa la hora, y sale corriendo sin decir más.

Vicente me deja en manos del muchacho que acabo de conocer, quien me toma del hombro para caminar y me dirige hacia dentro del aula. Descubro que ahora le pertenece el lugar que ayer ocupó Viento.

—¿Qué tienes en tu mano? —inquiere intrigado. Había olvidado el regalo que recibí.

Le muestro el chocolate, lo abro y le comparto al chico que me preguntó por el obsequio que Vicente había depositado en mi mano.

Mientras comemos el regalo, Ramiro habla de las razones por las que las personas deberían hacer competencias mundiales para ver qué país hace el mejor chocolate. Yo sólo lo escucho.

—... Y por eso, yo debería ser el juez principal de esa competencia —concluye—. Pero, ¿quién te dio ese chocolate?, o ¿siempre traes chocolates para iniciar el día?

—Me lo regalaron —respondo observando la envoltura y el pedazo de papel que tiene pegado. Lo guardo en mi mochila obedeciendo lo que me pidió: abrirlo cuando lo extrañe; la curiosidad me invade, pero prefiero dejar el misterio para el momento en que él desea que pase.

El rubio se queda callado, pensando mientras me observa. Eso me incomoda un poco: me ve con seriedad, como si buscara algo de dentro de mi ser que puede salir con sólo analizarme. Su mirada me incomoda.

—¿Vicente? —por fin habla, yo lo observo confundida al no entender por qué menciona a su amigo— ¿Vicente fue quien te dio el chocolate?

—¿Cómo lo- ? —me sorprende lo que acaba de hacer.

—Es su favorito, llegaron juntos, y vi cuando te estaba dando algo, nunca pensé que fuera un chocolate, creí que era tu teléfono —finaliza.

"Favorito... Llegamos... Dando algo... Teléfono...", en menos de un minuto me dejó con más dudas que respuestas a preguntas que no sabía que tenía. ¿Cómo pasó todo? ¿Nos vio? Tal vez. Pero llegamos tarde, y los únicos que vimos al entrar fueron a Carlos y Marina ¿pudo vernos desde lejos?

T E M P E S T A D [✔] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora