El viento todo se lleva

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~13~

=Sofía=

La calma y paz reinaba entre tanto desastre, y era perfecto.

Mientras Viento me contaba sobre cómo disfrutó su infancia, su vida escolar, y todo antes y después de perder a sus padres. Yo lo dibujaba,  no puedo mentir, se veía muy bien, él siendo sincero, abriendo su corazón, y contando sus penas.

-No te voy a mentir, realmente sufrí mucho los primeros años- dijo con una sonrisa triste- me cambiaron de escuela, los niños ahí no eran muy inteligentes, se burlaban de mí por ser huérfano. Pero me habían cambiado de escuela por esa misma razón... así que no pude decir más, mis tíos me obligaron a quedarme en mi nueva escuela.

-Debió ser horrible- le dije mientras seguía dibujándolo.

-Un poco, sí. Luego conocí a Ramiro, y nos hicimos amigos. Fue el único que me veía como su igual, los demás me veían como un raro.

-Realmente no eran inteligentes- afirmé. Él rio. Nunca creí que Viento sufriera tanto, pero parece que ahora eso no le afecta en lo mínimo.

-Tal vez pudo parecer horrible, lo fue, pero ahora es pasado, y forma parte de las cosas importantes que me hacen ser quién soy.

-Eres admirablemente fuerte- dije, y él negó riendo.

-No lo soy, pero no puedo quedarme sufriendo eternamente. Hay un futuro. Puedo sufrir cuánto quiera en el camino.

"Sufrir cuánto quiera en el camino" esa frase me hizo pensar, ¿realmente uno puede sufrir mientras sigue adelante? ¿Eso no sería como caminar más lento? Aceptar el dolor es algo que muchos no logramos hacer. Que él acepte su dolor, y viva feliz con él, es algo raramente admirable.

Porque al vivir con el dolor, te sigue lastimando. Pero, vivir feliz con él, es como si a pesar de que te siga lastimando y te haga llorar, te levantes después de derramar la última lágrima y hagas como si nunca hubiera pasado, como si nunca hubiera dolido y le sonrías al mundo, incluyendo a ese dolor.

Eso es demasiado admirable, Viento sabe vivir feliz con su dolor, la pérdida de su madre le duele, y mucho, lo hace llorar, pero después de hacerlo, se levanta, porque sabe que no vale la pena seguir viviendo el momento en que ella se fue. Sigue caminando, porque sabe que su mamá nunca dejó de acompañarlo.

-Porque a mi lado está su viva imagen, Bianca, mi tía, quien días antes de perderla, arregló todos y cada uno de sus problemas con ella, y... sé que también estás tú- me dice sonriendo con mucha alegría.

-¡No te muevas!- me quejo, él ríe.

-¿No has terminado? ¡Ya falta una hora para la salida! No pienso quedarme más tarde- ahora él se queja.

-¡Estoy por terminar, calmaaa!- lo regaño.

Él sonríe y se queda callado, esperando a que termine.

-¿Listoo?- me pregunta.

-¡Sí!- él se acerca a mí, emocionado, para que le permita ver lo que hice. Cuando le enseño, él se queda callado.

-Ehhh... ¿se supone que ese soy yo?- me pregunta confundido.

El dibujo que le enseñé es uno en donde me había equivocado, estaba mal dibujado, y parecía hecho por un niño pequeño.

-¿Acaso no te gusta?- le digo con tristeza

-¡No! En realidad... me encanta- miente. En su cara se nota lo poco que le gustó. Pero yo le sigo el juego.

T E M P E S T A D [✔] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora