El viento que no toca puertas

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~07~

=Sofía=

Viento, eres una tempestad creciente, pero algo me dice a gritos, que confiar en ti ya no es un error.

Cuando terminaron las clases, Vicente y yo fuimos en busca de Carlos y Marina. Ellos estaban esperándonos en la entrada de la escuela y en el momento en que llegamos a su lado, Marina me entregó una libreta.

-¿Qué se supone que tengo que hacer yo con esto? -le dije confundida.

-Tu sólo lee lo que tiene escrito -me ordena. Estaba a punto de abrir la libreta cuando ella me da un golpe en la mano-. Pero aquí no, cuando llegues a tu casa.

Eso fue muy raro, iba a preguntarle justo cuando Carlos y ella comienzan a pelear. A veces no entiendo cómo inician sus peleas, ni siquiera se habían dirigido la palabra desde que Viento y yo llegamos, pero de un momento al otro, peleaban como perros y gatos.

Los cuatro salimos de la escuela, y me acompañaron a mi casa, la castaña estaba caminando a mi lado, y en un momento me toma del brazo y me acerca a ella.

-Dime, ¿cómo es eso que Vicente se cambió de salón, y justamente al tuyo? -me susurra emocionada, en un tono que rogaba por saber. ¿Qué tanto interés tiene en ese detalle sin relevancia?

-Pues eso, literalmente entró en matemáticas y la maestra lo permitió -le contesto dándole poca importancia.

-Eso es poco casual ¿no crees? -inquiere la castaña picándome las costillas.

-¿Qué insinúas, Marina? -inquiero mirándola con desconfianza.

Mi mejor amiga es del tipo de persona que puede pensar millones de cosas y romantiza las cosas en extremos, siempre ha sido así, o al menos desde que la conozco. Es un detalle muy de ella.

-Nada -dice tranquilamente ignorando mis sospechas -, sólo digo que es muy raro.

-Eso no te lo niego. Pero a insinuar a tu casa, ándale -la regaño.

-Pues ya estamos en tu casa ¿aquí no puedo? -me ruega señalando mi casa, estamos muy cerca de llegar.

-No, aquí no puedes insinuar. Ya te dije a tu casa, córrele -le vuelvo a ordenar.

-Bien, bien. La próxima vez que vayas a mi casa, me aprovecharé de lo que estás diciendo -me amenaza, yo sonrío. Hace mucho tiempo que no voy a la casa de Marina, ¿la razón? Su perro, cada vez que me ve, intenta atacarme.

El perro de la castaña es muy celoso, así que cada vez que me ve, piensa que le voy a quitar a su dueña. Me odia demasiado, por eso prefiero evitarlo. Yo soy más de gatos, definitivamente; sin embargo, nunca he tenido uno por la horrorosa alergia de mi papá hacia los animales.

-Soooof -Carlos interrumpe nuestra plática y se recarga en uno de los hombros de ambas -¿qué planes tienes hoyyy?

-Pienso hacer la tarea, y dormir -le digo tranquilamente comenzando a preguntarme qué es lo que debería a hacer. El moreno no es de hacer esas preguntas, así que me confunde y hago un repaso de lo que debería recordar... -¿y tú?

-Sí que eres aburrida -se queja haciendo una clase de puchero muy extraño -, yo tampoco planeo hacer nada, pero tú, te pasas -finaliza.

-¿Yo? -le contesto divertida y relajada. No hay nada que tenga que recordar -al menos haré la tarea.

T E M P E S T A D [✔] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora