oblivion [NamJin]

16. mi silencio por trabajo

Estúpido Yeol, dejaste que ese alfa se fuera corriendo por Jin.

Lo iba a detener, pero el beta nos jaló.

Park se encontraba furioso por el hecho de ver como NamJoon se había esfumado como un rayo gritándoles que él llevaría a Jin hasta la habitación.

—¡Yo lo escoltaré, no tardo! —les grito a los tres jóvenes y desapareció mientras doblaba por el pasillo que llevaban a las escaleras

—¿Eh? ¡Quién lo llevara seré yo! —el castaño estuvo a punto de ir corriendo detrás del alfa moreno si no fuera porque Hoseok lo había jalado

—Sigamos hablando.

—Pero, Seok... debo de ir... no voy a dejar que... —rezongo

—Que te ha dicho que si le seguís te pateará —el alfa pálido comento algo irritado y fue el primero en entrar a la sala

—¡Sssseeeeeeeoooooookkkkkkk!

—Bien, Park —le lanzo unos documentos—, debes aprender todo esto para dejarte entrar a este "equipo".

—¿Qué es todo este revoltijo?

—Documentos sobre lo que hemos investigado, los únicos que sabemos de la existencia de esta información a detalle, contándome a mí, somos 5 personas, bueno, si te cuento a ti seriamos 6.

—¿Quiénes son los demás?

—Tres alfas, uno de ellos es Yoongi —le señalo el alfa que se encontraba sentado en una esquina desinteresado

—Ya ¿Y los otros dos?

—Uno es un alfa que he llamado para informarle que habrá una junta de los cinco, el dejo de pertenecer a esta manda hace tiempo y un agente de policía.

—Falta uno.

—Un omega, él... —trago pesado y movió su cabeza con tal de olvidar esos recuerdos amargos—, casi no viene a las juntas, trabaja dentro de cabarets de otras manadas.

—Y conmigo somos seis —asintió el beta— ¿Y el alfa Kim?

—Le he propuesto pertenecer, se lo sigue pensando.

—¿Y en sí de que es el caso?

—Búsqueda de omegas, alfas y gammas de «cierta» manada. Más bien una "extinta".

—¿Y cuál es esa manada extinta?

—"Albus lupus", los creadores de todo nuestro mundo —Park trago pesado

—Eso dejo de existir hace mucho —encogió los hombros— ¿Por qué tanto esfuerzo? Ya no existen.

—Oh amigo mío, claro que existen.

—¿Y cómo me lo puedes comprobar? —dejo salir una sonrisa forzada

—Eso —señalo la carpeta—, tiene nombres, fotos y lugares de donde se encuentran los últimos y —se acercó un poco y le susurro—, hay uno en este lugar.

• • •

—Fue ahí cuando me di cuenta de que era él.

—Uau —abrió los ojos como platos mientras pegaba más su espalda a la superficie de la puerta—, eso es increíble.

—Lo sé y este lugar es todo suyo.

—No puedo creer —dijo mientras su mirada viajaba por todo el espacio— que tu amigo fuera tan increíble.

—Bueno, la gente con la que te juntas habla mucho sobre ti —sonó engreído—, eso dicen.