120. carta de victoria

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En las profundidades del bosque, un chico beta alto, de piel morena, ojos azules, sonrisa brillante y cabello largo negro alborotado, se encontraba convenciendo a su único amor a volver junto a él, aunque su contrario simplemente odiaba la idea.

—Se supone que no te acercarías aquí, mi llamado de auxilio fue para que supieras que el plan de mi asesinato fue un fracaso... No, que vinieras por mí.

—Por la luna, Taeyoung, estás con el enemigo.

—El "enemigo" al menos me considera un humano, no como Shin.

—Debes volver.

—No puedo, estoy muerto, Kosei.

El beta revolvió su cabello y examino todo el ser del pequeño gamma en frente de él.

Desde que conoció a Taeyoung sabía que debía hacer algo, entre ello, protegerlo, ver siempre por él; pero, al pasar tanto tiempo con él, se dio cuenta de que se había enamorado del rubio, como manera de negarse ante aquellos sentimientos, intento que él se marchará hablándole de "J-Hope", el beta que era de admirar, con ello, el de piel morena creyó que podría ayudar a que Taeyoung dejará de pensar en una posible muerte, sin embargo, fue peor, porque, aunque el gamma no lo notara, este tenía un interés locamente platónico por J-Hope, su única manera de que su corazón no sufriera fue el crear una conexión entre el rubio y los asesinos que había contratado Shin, "los mellizos Yang", gracias a ello, estos mismos fueron su conexión al grupo 89, pero ahora, se arrepentía de cada acción pasada.

—Vuelve conmigo, o huye, no pases... Tu tiempo en un lugar de mala muerte.

—¿Qué mierda dices? —gruño molesto—. Si no me notifique con Dalai fue por algo, porque confiaba en ti, pero ahora, me quieres llevar al lugar que tanto he deseado escapar para ¿protegerme? ¡Vete al diablo, Kosei! Haré esto por mis propios medios —saco el pequeño celular de su bolsillo y lo azoto al piso para después pisarlo—. No me busques, finge que sigo muerto, traga mierda.

Taeyoung sabía que su actitud no era la mejor, pero, él ya no ansiaba volver, estaba harto de ser encerrado y usado, él simplemente quería ser... Libre.

—¡No! —lo jalo hacia él y lo abrazo—. Necesitas protección y te la daré, no puedo vivir en un mundo donde no existes —porque mi corazón no soportaría perder a mi primer amor, pensó por un momento con dolor—. Tú... puedes quedarte, pero debes mantenerme al tanto, saber que sigues vivo y que no te han causado problema esos patanes.

—De verdad no puedes vivir un día sin que esté enojado contigo.

—Prefiero un golpe en los huevos, que tú me apliques la ley del hielo —sonrió ladino mientras entregaba un nuevo celular—. ¿Prometes que me lo contarás todo?

—Haré lo posible, Kosei, gracias por entenderlo —puso su mano en la mejilla del moreno, una vez hecha esa acción salió corriendo hacia el edificio del grupo 89

Cuídate.














—¿Fue agradable la visita de tu amigo? —gruño la última palabra

El rubio, que apenas se estaba acercando al grupo, dio un pequeño salto por la intervención de la voz de Hoseok.

—¿Eh? —finge demencia—. ¿Qué dijiste?

—Tu amigo... Kosei ¿estaba feliz de verte vivo?

—Mierda —maldijo cansado—. No es que no confié en tu liderazgo o miembros, pero hay personas importantes en mi otra vida, no puedo dejar que ellos especulen que este muerto como si nada, además, saben que es complicado matarme.

oblivion [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora