oblivion [NamJin]

112. de nada

¿Y te importa a donde sea que vaya? ¿Crees que es mala idea?

Tengo más de 100 respuestas a esto, ¿quieres oírlas?

Amm...

Sí, eso creí.

Me sorprende que me estés dejando ir a donde sea, después de todo siempre tomas control de mis decisiones, un ejemplo... Ah, sí, los secretos que ocultabas acerca de mí y de mi familia.

No fue fácil, ¿sí? Pero siempre hay un por qué para todo.

Ahora trágate tus razones, fui traicionado por mi propio lobo.

¿Por qué crees que no he borrado ningún sueño que has tenido de Jae-Sul o JungDae? Esos sueños ahora están fuera de mi control cada día.

Oh, así que sabes de los sueños. Qué sorpresa ¿eh?

Jin, compartimos el mismo cuerpo, claramente sé todo lo que tú sabes, incluso hasta más, pero...

Pero no es necesario que digas más, ahora lo sé todo, será mejor que cierres tu hocico.

Una vez terminada esa charla, el omega bajo la vista para ver la fotografía que fue la última entregada antes de salir de su hogar y explotar enfrente de sus padres.

Era él, junto con sus padres, que murieron en un accidente por alguien que al parecer lo había perseguido durante tantos, tantos años.

—Si me hubieras dicho la verdad lobo, nada de esto estaría pasando —murmuro, saco su celular de su chaqueta y se concentró en el camino que debía seguir para llegar al punto de encuentro con el contacto anónimo

• • •

Las manadas existentes eran muy pocas, aun algunos preferían las cosas ambiguas y monótonas que iban pasando de generación en generación, con las tradiciones y costumbres que se dieron al crearse.

Muchos vivían pensando que la mejor vida era en una manada que en la ciudad, ya que, el concepto de manadas o protegerse durante la temporada de celo era algo con lo que uno tenía que soportar solo.

En cambio, en las manadas todo eso era, al revés, siempre unión entre los miembros de ella.

Gracias a esas prevalencias aún puestas desde hace años, NamJoon quería ser el alfa de la manada, poder cambiar un poco de ella, pero al mismo tiempo, que lo rústico y la unión no dejaran de existir.

Sin embargo, a veces también le gustaría vivir en la ciudad, fuera de los peligros que acechaban más en las manadas que en la ciudad.

El moreno en ese momento estaba dentro de una discusión con todos los líderes del grupo 89, sin embargo, en el momento justo en que todo estaba llegando a un caos que Hoseok no podría controlar, una advertencia dentro de su ser llego.

¿Por qué está tan silencioso? —preguntó el lobo de Jungkook

¿Silencioso? ¡Estoy discutiendo con los líderes!

No, mi corazón... Lo siento pesado, y... ¡Taehyung!

—¡¿Y Tae?! —paro toda pelea con su pregunta y miro a su alrededor, el albino no estaba, como tampoco el gamma

—Taeyoung tampoco está —dijo Hoseok

—¡Jin! —grito Nam—. Siento... en mi pecho, siento que algo no está bien —hablo rápidamente