21. omegas indefensos

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Desde que el moreno le ayudo a salir del túnel del parque de juegos, no dejo de soltarle la mano, su omega y hasta su propio ser consciente no quería alejarse de la bella comodidad que le transmitía el alfa.

En cambio, el alfa estaba muriendo de vergüenza, haciendo lo posible de no soltar un olor de emoción y felicidad.

Podía sentir a su lobo mover la cola y jugar de aquí allá, sus palpitaciones iban demasiado rápido y su respiración era entrecortada.

No podía creer que tomarle la mano a un omega sería así, y vaya que cuando tuvo novio no tenía esas sensaciones que le sacaba Jin dos por tres.

¿Y si saltamos contra él?

Lobo, te voy a dar un buen golpe.

Quiero a mi omega y un cachorro.

¡Basta!

—Ah —suspiro

—¿Ocurre algo?

—No, no —negó con su cabeza—. Discusiones con mi alfa, eso es todo.

—Qué lindo —le sonrió—, mi omega y yo casi no discutimos —mentiroso.

—¿Ah no?

—No —no te conocía de esta manera Seok—, es una buena manera de saber canalizar todo tu ser y ponerte límites —asintió con felicidad—. El internado me lo enseño.

—Park me contó mucho de cómo los tratan.

—Nos tratan bien.

—No estoy seguro de usar esas palabras —rasco su nuca

—Es extraño —dijo

—¿Extraño?

—Toda mi vida he estado ahí.

—Toda tu vida —repitió con soslayo

—¿Qué?

—Nada, nada.

El alfa lo siguió guiando hasta que Jin pudo notar entre que calles estaban, su corazón empezó a latir más rápido y paro en seco, al tener las manos unidas el alfa sintió el jalón.

—¿Jin?

—¿Po... por... qué?

—¿Cómo?

—¿A qué vamos a ese lugar? —dijo aterrado y con la cabeza gacha

—Bueno, debo ir por mi moto, Yoongi me dejo y le dije que no me esperara que se adelantara.

—¿Ade... lantar?

—Sí, tengo que ir al lugar de Hoseok, hay muchas cosas que tengo que hacer y... —paro de hablar y noto que necesitaba comunicarle algo al omega— ¡Jin! —pronuncio con un tono más alto

—¿Eh? —el omega se asustó por la gran energía que soltó el moreno y levanto su vista a él

—Yo, no poder llevarte al crap —el alfa prefirió dejar caer su cabeza y se hizo la idea de que el piso era más interesante que el omega—, Hoseok necesita de mí esta noche.

Nuestra cita.

Será otro día, omega.

—Oh, bueno, no hay problema —le sonrió y el peli-negro con su mano libre tomo el mentón del alfa y le ayudo a que la mirada del moreno cayera en él—. Será para otra ocasión, siempre hay tiempo.

—Eh, este... —bésale la mano, imbécil—. Ajá, es... bueno... qué bueno que no te enojes.

-Me está tocando la cara con su bella mano, ayuda-

oblivion [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora