oblivion [NamJin]

2

—Ese niño, que guardas en el sótano, ¿quién es?

—Mi estrella especial —sonrió ladino—. Un gamma, único en su especie.

—Estrella —murmuro el hombre—. ¿Puedo usarlo?

—¿Qué necesitas?

—Me pidieron una tanda de 8 betas para unos alfas adinerados que tienen un gusto específico por ellos, y ese gamma será de gran ayuda para tomarlos de manera rápida, ¿no lo crees? Dime, ¿cuántos años tiene? ¿Diez, once?

—Trece años —el albino trono sus dedos y esperaron a que trajeran al niño, llegando el hombre lo llamo y este se sentó en el piso—. Taeyoung, saluda.

—Un gusto, mi nombre es Shin Taeyoung —después de dar la reverencia pegando su frente en el piso observo al alfa.

—Su nombre es Plin —¿me va a usar para sus necesidades? Pensó el gamma—, y es un amigo, que necesita mi ayuda.

—Lo entiendo —parándose, su mano la estiro al hombre—. Soy suyo, por hoy.

—Eh, es lindo. Si un día lo desechas, lo quiero en mi sala de trofeos.

Saliendo, detrás del hombre, el niño observo que comenzaba a nevar, cuando su "padre" lo encerraba a veces le era difícil saber en qué estación se encontraban, mientras caminaba comenzaba a morir de frío y en su mente se reía, realmente odiaba la nieve.

• • •

—¡¿Cuándo despertará?!

—Yo no lo sé con seguridad, jefe.

—¡¿Él no está bien?!

—No, es solo...

-Esas voces, son...-

—Molestas —quejándose, se alzó de la cama—. Por la luna, cállense, me duele la cabeza.

—¡Taeyoung! —el del casco rojo corrió hacia él y tomándolo entre sus manos comenzó a revisarlo—. ¿Te duele algo?

—Sí, me duele —tomando las manos del beta las aparto—. ¿Había necesidad de apretar?

—Ah, yo, lo siento.

—Sí, sí.

—¡Taeyoung! —el moreno entro azotando la puerta, junto con otras tres personas por detrás.

—¿Eh? ¿Qué...? ¿Qué pasa?

—Te desmayaste de golpe —hablo Taehyung que llevaba una máscara—. Fue demasiado repentino.

—Sí, bueno, eso ya no va a ocurrir, me encuentro mejor —levantándose por completo de la cama, al tocar el piso, se tambaleó y antes de caer fue atrapado por Yijun—. Ah, salvado —sonriendo con orgullo, el beta no puedo ocultar su nerviosismo y lo soltó, haciendo que al final el rubio cayera—. Auch.

—¿Y dirás que fue todo eso? —pregunto el peli-negro.

Estando ya solos los cuatro, intentaron mantener la plática con Taeyoung.

—Plin, ese nombre... Lo conozco. Pensé que... Jamás lo iba a volver a oír.

—¿Qué quieres decir?

—Ese hombre conocía a Umbra —dijo y abrazando sus piernas susurro—: Y me utilizo para atraer betas.

—¿Atraer...?