89. Jung Jihu

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Un niño de cabellos cobrizos, ojos azules y sonrisa delicada había nacido en cuna de oro, después de todo, le rodeaban tesoros, enseñanzas, personas, experiencias, etc. Toda clase de cosas que él quería, se le cumplía, nunca le falto nada, es más, hasta le sobraba.

Sus padres, Jung Dak-Ji y Do Hanae, ambos pertenecientes de manadas pequeñas, pero muy prestigiosas, siempre estaban ocupados y no tenían tiempo para estar con él, ni con su hermana, con los años, su hermana melliza dejaba que el resentimiento y la ira hacia sus padres fuera creciendo, tanto así, que un día, ella parecía la adulta del hogar, incluso, sentía que su hermana era la mayor y no alguien que era igual a él, pero a la vez diferente.

Ellos dos eran iguales en aspecto, salvo que cuando era más pequeño tenía una cara totalmente delicada a comparación de su hermana, además de que ambos tenías ciertos rasgos iguales, ahora, no había diferencias de por medio en el aspecto, excepto que, en sus acciones y pensamientos, sí.

Jihu siempre disfrutaba los momentos con sus padres, abrazaba a su madre siempre que podía y chocaba puños con su padre cada vez que el beta le miraba; ofrecía un momento de ocio a lado suyo si es que ambos no tenían que estar encerrados en sus oficinas.

Su hermana... fingía que en el gran hogar solo vivían dos personas, ella y Jihu, no más. Cada vez que estaban solo ellos, vagaba de un lado a otro por toda la mansión, en cambio, cuando escuchaba bullicio por parte de los sirvientes sabía que era momento de encerrarse en su cuarto y aguantar el hambre, y el aburrimiento.

Otra cosa también diferente entre ellos era que al chico de cabellos cobrizos le apasionaba en sus ratos libres leer una y otra vez un libro que su padre ocultaba en su oficina, cumpliendo, indirectamente, una característica que dentro de unos años se iba a convertir en su rumbo a un grupo alocado.

Total, Jihu a veces se preocupaba tanto por su hermana, que incluso en su momento más atesorado -es decir, pasar tiempo con sus padres- lo sacrificaba para estar con su melliza y poder soportar juntos el aburrimiento, porque, aunque tuvieran una inmensa casa, ambos llegaban a un punto de compartir el disgusto de no poder hacer mucho más, un ejemplo, salir.

Dentro de todas sus ilimitaciones de vida, existía una regla totalmente irritable para ambos, sus padres les restringían a explorar el mundo exterior, sin embargo, de aquel par, sólo su melliza, Jung Jiyu, se tomaba sus propias libertades y salía sin que nadie supiera, hasta que... ella conoció a alguien que hizo derrumbar la vida no tan perfecta, pero si hermosa de Jihu.

En el otoño de 1989 ocurrió el mayor desastre que le hubiera gustado haber detenido, en un intento de poder salir de las "ataduras" e "hipocresía" de sus padres, Jiyu asesino al par a sangre fría, y mientras acuchillaba a su padre, su madre ya había muerto por el impacto de una bala.

Jihu, bueno, Jihu solo era un espectador de todo aquel caos.

Lo hice por nosotros —había dicho la niña de tan solo 8 años que le tomo del brazo y salieron huyendo de aquel hogar

Un año después de aquel suceso, los mellizos fueron separados, una siendo llevada en busca de ayuda por el asesinato que cometió, y el otro, a un orfanato de mal gusto.

En sus dos años dentro, el niño fue adoptado por la gran familia Lee, tenían una historia sobre su linaje, además de ser muy poderosa y tener a una de sus hijas como la futura esposa de un hijo del linaje Shin, hombre que dentro de un futuro sería el líder de la manda de «In albis».

Te haremos feliz.

Pero entre ese gozo que le dio la familia Lee, Jihu no tenía ningún agrado de utilizar el "Lee" como apellido, así que, al cumplir 21 años, cambio su apellido nuevamente a Jung.

oblivion [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora