Eva:
Dejé atrás la parada de metro y llegué como pude al instituto. La gente se agolpaba a la espera de que abrieran la puerta principal pero yo me escabullí hacia el cuarto de baño femenino para retocar mi pelo y maquillaje a fin de estar mucho más cómoda. Cuando salí ya habían abierto la puerta así que me dirigí a la primera clase del día, física.
La profesora no había llegado todavía así que entré sin llamar y me senté en la silla libre que quedaba al fondo del aula. Ignoré los saludos interesados de algunos de mis compañeros y me acomodé en mi sitio esperando con ansia a la profesora. Olga y Tini se sentaron a mi lado, eran mis perritos falderos. Me seguían a todos lados y yo no me oponía, hacían lo que yo quisiera y me informaban de todo lo que pasaba a mi alrededor.— Ha venido una chica nueva- me avisó Tini susurrando.
Fruncí el ceño, ellas no me avisaban cuando llegaba alguien nuevo porque sabían que no era una noticia relevante para mí. Era la chica más popular de todo el instituto, todos sabían cómo había llegado hasta esa posición pero nadie lo que me había costado. Eva Moreno Castilla, una chica que ha pasado por todos los colegios de este pueblo para dar con uno en el que la aceptaran o que simplemente fuera apto para aguantar una semana sin un moratón en la cara. Bingo, no hubo uno siquiera. Probablemente os preguntaréis, <<¿Entonces, cómo has conseguido que la gente te vea así?>>. La razón fue que decidí ponerle fin; cambié y me convertí en una persona completamente diferente, una persona a la que jamás nadie se lo ocurriría volverle a tratar así otra vez. No fue un proceso sencillo ni rápido pero llegué a cumplir mi objetivo al cabo de meses. Al entrar en bachillerato, entré con la cabeza bien alta y dejando claro quién era. Porque cuanto más hija de puta, mejor te va en la vida.
Así que me extrañó bastante que me informaran de aquella chica. Me giré hacia el lugar que los ojos de Tini habían abandonado con curiosidad y vi a un grupo abultado de gente alrededor de una chica guapa. Era de piel tostada y delgada, sus curvas se marcaban a través de su cuerpo huesudo. Sus facciones eran delgadas y sus ojos rasgados ligeramente le daban un aire salvaje a su cara. Lo que más me llamó la atracción de ella fue su pelo, parecía sacado de un anuncio de pantene. Era moreno y se movía acorde con los movimientos de sus manos. No sentí envidia pero sentí algo peor, miedo. Esa sonrisa que dibujaba en su cara era lo más falso que había visto nunca y me daba miedo que nadie de los que estaban ahí no se hubiera dado cuenta.La clase dio comienzo y aparté la mirada centrándome en apuntar todo lo posible en mi libreta. Había sacado un 6 en el último examen de física y a mis padres no les había parecido nota suficiente así que para prevenir castigos supongo que me tendré que buscar mejor la vida.
El día terminó y el timbre que anunciaba la hora de comer sonó. En las primeras horas me había dado tiempo a fijarme en la chica nueva. Había conseguido muy buena reputación en tan solo horas y todo el mundo quería saber más de ella; excepto yo. Había descubierto que se llamaba Alia y que era nacida en Ecuador aunque toda su vida la había vivido en Burgos. Se había movido de Burgos a aquí toda su familia por un nuevo y mejor puesto en nuestro ayuntamiento que se le había ofrecido a su madre. Aunque en verdad, lo único que me importaba de ella era como estaba engañando a todo el mundo. Alia tenía tantas caras a lo largo del día que su móvil no sabría con cual de ellas desbloquearse.
Olga abrió la puerta y entramos las tres acaparando las miradas de todos los que estaban ya sentados en el comedor. Siempre llegábamos las últimas para poder hacer nuestra entrada mítica.
El comedor tenía unas 12 mesas y nadie se había cambiado de mesa desde hace años. La nuestra, la mesa número 5 estaba en medio de todas y solo la ocupábamos Olga, Tini y yo.— Cogedme una bandeja, ahora vuelvo– ordené.
Ellas no preguntaron el motivo y yo fui directamente a la mesa de los frikis.
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Heridas
RomanceRaquel es una chica que tuvo que construir una coraza alrededor de su corazón para que nadie más pudiera tirar piedras sobre él. Samuel es un chico que tuvo que convertirse en un hombre mucho antes de lo que debería haberlo hecho y que supo manejar...