The Chaos (Spin off de The Moral of the Story)

Parte XXIII: Sin Freno

Diciembre 13, 2020

Había pasado casi una semana desde la reconciliación. Se podía decir que habían vuelto a la rutina de siempre. Dormir en la casa del otro, sexo mañanero y trabajo.  Frank se la pasaba toda la mañana y media tarde en su trabajo para luego ir a sus terapias, en las cuales Victoria se había  ofrecido a recogerlo, y es que aunque la rubia no se lo aceptara prefería de alguna manera  tenerlo vigilado en ese sentido, ya que tenia miedo que faltase a ellas. Fuero de la particular desconfianza que existía en ese sentido, todo había vuelto a la normalidad.  

Esa mañana Victoria se removió en su cama bajo las sabanas, abrió los ojos encontrándose con el castaño aun dormido y  sonrió viéndolo . Se levantó poniéndose una camiseta del morocho para cubrir su desnudez  y comenzó con su rutina normal de la mañana poniéndose sus cremas y aceites. Vio de reojo al neoyorquino y se le ocurrió una idea. Llevo sus mascarillas, pepinos y se sentó a horcajadas de él. Frank bostezo sintiéndola y sonrió de lado pensando que se trataba de una invitación a jugar.

Victoria le puso dos pepinos en los ojos y acarició sus mejillas antes de ponerle la mascarilla.

—¿Se puede saber qué haces?—Frank le dijo entre labios debajo de la final mascarilla facial. La rubia negó y se bajo de su regazo  poniéndose dos pepinos en los ojos y recostándose a su lado. 

—Quédate 15 minutos así.—La rubia le ordeno sin verlo. 

Frank  se quedo en silencio y solo levanto su pulgar. Después de varios segundos, los dedos de sus manos comenzaron a tamborilear por inercia sobre su estomago, ya que no se poda quedar quieto. Resoplo escuchando la respiración tranquila de ella a su lado. Intento calmar sus impulso y aguardar pero después de cinco minutos comenzó a comerse los pepinos de sus ojos.

—Te dije que 15 minutos.—Victoria le dijo en un resoplo escuchando como masticaba. 

—Sigo quieto solo me como los pepinos.—el se encogió de hombros. 

—Son tóxicos, les puso aceites.—Victoria le dijo sin inmutar su cuerpo. Frank se levantó y fue al baño a vomitarlos.

La rubia se rio aun acostada y sin mirarlo, solo imaginándoselo. El morocho la regreso a ver confundido. 

—¿Qué aceites son tóxicos Frank? Duh—la rubia se le burló a carcajadas aun sin moverse de su posición y Frank fue hacia ella sentándose sobre sus piernas.

—Si me quitas mi mascarilla antes de tiempo te pateo los huevos, Wright.—Victoria le dijo elevando su rodilla cerca de su entrepierna indicándole que estaba lista para responder su siguiente te movimiento.

Frank bufo y se hizo hacia atrás y hasta sus talones.

—Bueno, no te quitaré eso entonces.—El ojiazul le dijo coqueto y la rubia sonrío debajo de su mascarilla.

El castaño se deshizo de sus prendas dejándola desnuda. Abrió sus piernas y metió su cabeza en su centro comenzando con su tarea del día. Tuvo a la italiana gimiendo hasta que la hizo romper su propia promesa y se quito sus producto faciales para rodear su cadera cuando el entro en ella. 

Ambos se abrazaron con la respiración entrecortada cuando se liberaron. Ella se abrazo a su cuerpo y pego su rostro al de el percibiendo la humedad que quedaba de la mascarilla facial. 

—Ves, como un bebe.—ella le dijo pasando su nariz por una mejilla. 

—Buenos días, amor.—Frank le sonrió contra su cuello regresándola a ver.—Tengo una sorpresa, quiero que conozcas algo.—El castaño salió de ella y se recostó a su lado. Ella regresó a verla y se apoyó en su hombro.