Parte XXVII: El Fantasma

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17 de diciembre, 2020

Victoria se levantó a la mañana siguiente envuelta en los brazos de Genevieve y escuchando un golpeteo proveniente dentro de la casa. Salió de la cama y se vistió para ir a la cocina, al encontrar el café recién hecho supo que el morocho ya estaba despierto.

Camino siguiendo el sonido encontrándose a Chris golpeando una bolsa de boxing en el patio. El morocho se encontraba viendo fijamente su objetivo que no sintió la presencia de la rubia hasta que esta hablo.

—¿Estas molesto?—la italiana le cuestionó haciéndolo parar

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—¿Estas molesto?—la italiana le cuestionó haciéndolo parar.

—Buenos días, Vic.—Chris le dijo sacándose los guantes y ella asintió.

—Entonces si lo estás.—la rubia le dijo apoyada en el umbral de la puerta. Él rio amargamente

—Si, pero no contigo.—el morocho le dijo acercándose a ella y tomando su agua.—Conmigo, y quizá con Genevieve.—él le admitió y ella asintió.

—Solo deben de hablar.—la rubia le dijo y él asintió.

—Es solo que...no puedo creer que haya elegido coger contigo en vez de arreglarlo.—él negó para sí mismo.—Nada en tu contra, las conozco. No me molesta que cojan sin mi pero si que lo haya hecho como remplazo a disculparse, o al menos hablar.—él bufo

—Dijo que lo haría hoy de mañana.—la rubia le dijo encogiéndose de hombros.

Él llego al umbral de la puerta frente a ella y se la quedo viendo. Ella arqueó una ceja esperando que le diga algo y él entrecerró sus ojos suspicaz. Se acercó un poco a ella haciéndola pegar su espalda al umbral de la puerta. El castaño se quedó frente a su rostro y cogió la muñeca de la rubia apretándolas entre las suyas y poniéndolas sobre la cabeza de la italiana. Ella trago en seco sintiendo la tensión aumentar. Él respiro entrecortado y negó para sí mismo soltando las muñecas de la rubia haciéndolas caer a sus costados.

—Perdón. Solo quería entender lo que Genevieve sentía ignorándome.—él terminó de entrar a la casa pasando de la italiana. 

—Primero que nada no soy un juguete, Chris.—ella le dijo furiosa.—No me importa lo muy amigos que seamos o que me dejes quedarme en tu casa. No soy tu maldito juguete al cual puedes usarlo para probar cómo sientes o no cosas. Arregla tus mierdas con Genevieve y déjenme de poner en medio. Gracias.—la rubia le dijo entrando a su habitación.

—Tiene razón.—Genevieve le dijo en el umbral de la puerta de su habitación. Él la regresó a ver con los ojos dilatados por las lágrimas que contenía.—Ven.—ella ladeó su cabeza indicándole que entre en la habitación.

—Quiero decir que me disculpo por lo de anoche, pero sería mentira. Lo disfrute, y eso no signifique que te ignore, de hecho lo hice para tratar de no pensarte. Y me debo de disculpar con Victoria por usarla así.—la pelinegra restregó su rostro contra la mejilla de su esposo.—Te amo. Sabes que te amo, Chris. A veces se me va la cuerda, ya me conoces y perdón. Pero yo... solo intento cuidar a Ashley de la mejor manera que puedo

The Chaos (Spin off de The Moral of the Story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora