Parte XIX: Montaña rusa

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Cuando escucho el timbre de la puerta y ambos se levantaron instintivamente. La rubia trago en seco y se volteo viendo a Daphne y a su lado a la pequeña castaña quien la veía curiosa.

Victoria le sonrió y con un ademan la saludo, Maggie le devolvió la sonrisa un poco tímida sosteniendo su teddy. Si, en definitiva seria madrastra.  

Maggie vio suspicaz a la rubia a lado de su padre. Frank se arrodilló ante ella y la acogió en sus brazos. La pequeña enterró su cabeza en el hombro de su progenitor. Victoria sonrió por inercia viéndolos.

Daphne regresó a ver la italiana y le extendió la mano con una sonrisa. La rubia la tomó y le sonrió.

—Bueno mi amor, hoy te quedas con papá. Mañana vengo en la tarde a recogerte ¿si?—la castaña le dijo a su hija y Maggie asintió abrazándola.

Daphne le pasó el bolso con la ropa a la rubia y ella asintió. La progenitora de la menor se fue y la pequeña castaña regresó a ver a la italiana.

—¿Porqué tienes mis bolsos?—Maggie le pregunto viéndola. Victoria se arrodilló y la saludó.

—Amor, ella es Victoria. Una amiga.—Frank le dijo a un costado y la castaña se lo quedó viendo.—Se llama Victoria, le puedes decir Vic y me ayudo a decorar tu cuarto.

El castaño le señaló su habitación y la pequeña pasó de la rubia y camino hacia su habitación. Maggie sonrió acostándose en el piso de césped falso.

—Puedes prender las lucecitas aquí.—Victoria le sonrió indicándole y la pequeña asintió cogiendo los juguetes del piso.

Frank se sentó junto a ella y le ayudó a armar sus legos. Regresó a ver a Victoria y le dijo que se sentara junto a ellos. Ella se sentó a lado del morocho y le ayudó con los legos.

—Mi papi.—Maggie le dijo a la rubia sentándose entre ellos. Victoria sonrió de lado y puso su manos en forma de "alto".

—Victoria solo juega cariño, invítala a jugar también.—El morocho le dijo agachando su cabeza a la altura de su hija.

Maggie regresó a ver a la italiana quien le sonrió y le extendió un lego

—Mira Maggie podemos armar un carrito uniendo las piezas.—ella se recostó en la alfombra y se apoyó sobre sus brazos viéndola.—Pones uno sobre el otro así haciendo la base.—ella le dijo mostrándole. Maggie se acomodó en el piso para ver cómo armaba el carrito.

 Los tres pasaron la mañana jugando en lo que la italiana intentaba ganarse de a poco a la castaña. Almorzaron nuggets con macarrones a petición de la pequeña y Frank le comenzó a cantar y ensayar con ella.

—No, no tu eres una lobita.—Maggie le dijo poniéndole las orejitas a Victoria y quitándole el xilófono.—Solo aúllas.—la castaña le dijo comenzando a tocar el xilófono mientras su padre reía y tocaba la guitarra.

Él se rio al ver a la rubia con sus orejas y conflictuada.

—Aúlla lobita.—Frank le dijo divertido y ella rodó los ojos.

—Tu eres el profesor ¿no? enséñame pues.—ella lo reto

—Enseñó música no a aullar. 

—¿Eres profesor, Pa?—Maggie le cuestionó curiosa. Él sonrió con orgullo.

—Si cariño, le enseño a niños música.

—Pero tú eres mi profesor.

—Siempre cariño, solo que ahora trabajo en una escuela.

The Chaos (Spin off de The Moral of the Story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora