Parte XXXI: Te quiero

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22 DE DICIEMBRE, 2020

Victoria se volteó en su cama por décima vez en la madrugada. Había rechazo la oferta de Genevieve, no solo porque Chris y ella debían de tener tiempo a solas y hablar sobre su pelea, sino también porque no sabía con qué cara ver a su amiga.

Ella siempre había gustado de Chris. De hecho era la primera vez que se había enamorado de alguien, o eso ella creía. Nunca iba a hacer nada al respecto, primero era Genevieve antes que cualquier cosa. Pero cuando tuvieron su primer trío y  una relación media poliamorosa surgió entre los tres; mucho más del lado de la pelinegra y la rubia. Eso cambio de alguna manera; con ella eran coqueteos y polvos pero siempre era cariño y sexo. Sin embargo, con Chris era otra historia.

Jamás había llevado su relación con él a un nivel superior de coger solos o tener citas. Primero para no confundir las cosas y segundo porque ella sabia que no lo toleraría. Pero después de ese fin de semana ya no había vuelta atrás para la italiana. Estaba comenzando a sentir todo lo que siempre sentía por él. Mariposas, ganas de golpear a alguien, se ponía nerviosa y quería ser dulce. Pero no, no sería así.

Cogió una cerveza y salió al jardín procesando si debía decirle a Genevieve los sentimientos que tenía por su marido ¿Pero serviría de algo? Solo las alejaría y crearía una tensión irreparable ¿Valía la pena decirlo si al final Chris era indiferente? Pues no, porque ella haría lo que había hecho todos esos años de amistad, ser su mejor amiga.

Se sentó en una de las silla y miró las estrellas que se difuminaban en la madrugada.

—Es muy bonita.—una voz detrás de él la hizo voltear. El morocho sostenía un vaso de agua y llevaba puestos sólo su pantalón de dormir dejando descubierto su pecho. Victoria asintió regresando a ver el cielo, casi que rezando para olvidarlo.

—¿No puedes dormir?—Él le cuestiono sentándose a su lado

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—¿No puedes dormir?—Él le cuestiono sentándose a su lado. Ella se encogió de brazos.

—No tengo sueño, una parte de mi quiere seguir escalando faros.—ella le dijo bromista. El morocho sonrió y apuntó al árbol a un lado de su jardín.

—Podemos escalar eso.—él le dijo levantándose del asiento y palmeando sus muslos para ir hacia el tronco.

La rubia lo siguió dejando su cerveza en el piso

—¿A ver cuál es la mejor vía de escala?—ella le pregunto seria viendo las ramas. Él  rodeó su cadera con sus brazos y la subió hasta la mitad del tronco.

—De ahí a la derecha en esa rama y luego vuelves al centro sosteniéndote del tronco.

—Perdón pero pensé mal.—la rubia se rio para sí misma comenzando a escalar. Chris se rio entendiendo el posible doble sentido. 

The Chaos (Spin off de The Moral of the Story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora