Capítulo 7

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Tate

El maldito día llegó y como todos los años sentía una gran repulsión por asistir a ese evento. Siempre era lo mismo, hacemos una enorme carrera de motos en medio del desierto para que los pobres aspirantes que quieren llegar a pertenecer al círculo interno de Las Calaveras puedan demostrar su pasión y deseo por conseguirlo. Cada año es la misma situación, elegimos a cinco personas, hombres y mujeres que competirán con los más rápidos y ágiles motociclistas. Quien gane, tendrá la fortuna de pertenecer a los miembros especiales de Las Calaveras para toda la vida, pero quien pierda, será descartado automáticamente sin posibilidad alguna de poder volver a participar en los próximos años. Siendo honesta, esa regla es una mierda. Creo que todos deberían poder hacerlo de nuevo, tener la oportunidad de superarse a sí mismos y conseguir lo que desean. Claro que mi padre no opina lo mismo, desde que era niño fue criado con la idea de que las personas no cambian, si no te sirvieron en un principio nunca lo harán. Mi abuelo solía ser muy estricto en cuanto el potencial de las personas, es por eso que si no lo logran al primer intento no podrán ser parte de nosotros jamás.

Todo este teatro tiene como propósito buscar a una persona que pueda pertenecer incluso a mi familia. Sé que suena bastante extraño, pero así fue como los Decker formaron una amistad con mis padres. Cuando los padres de Bryce eran jóvenes lo intentaron, pero fracasaron. Muchos pudieron vencer a mi padre y a su hermano, pero nadie logró vencer a mi abuelo. Los Decker perdieron su oportunidad de competir, pero no fue hasta que llegó una nueva generación y Bryce logró vencer a mi hermano hace muchos años en esta misma carrera cuando apenas tenía dieciséis. Él demostró ser valiente, audaz y rápido con la moto, fueron sus habilidades de conductor lo que lo llevó a él y a su familia a tener una relación más íntima y personal con nosotros.

Desgraciadamente, Jared dejó de ser el representante de Las Calaveras en estos eventos por todas sus "responsabilidades" adultas, así que mi madre me obligó a ser yo quien diera continuación a la búsqueda de nuevos miembros, convirtiéndome en la líder por un día, aunque ella ni nadie tenga idea de lo que tengo que soportar. La razón por la que odio este evento y busco cualquier excusa para librarme de él, es porque nadie me toma en serio. Cada vez que llego y me impongo como la persona que toma las decisiones importantes, no falta un imbécil que se burla de mí o me hace menos por ser mujer. La mayoría de los invitados y competidores son hombres. No es difícil llegar a una conclusión con esa información. He tratado de defenderme y hacerme respetar, no sólo con palabras sino con actos. En los años que yo he sido la representante y por ende la persona con la que compiten al final para ganarse un lugar en la familia Brooks, nunca he permitido que nadie logre arrebasarme en la pista. Soy una chica que puede decir con orgullo que no ha existido una persona que haya logrado vencerme en la última y más importante carrera. El último chico que logró pasar por la línea de meta fue Bryce Decker, después de él no ha habido ni una persona capaz de vencerme. Ahora las personas saben con quien se meten e irónicamente han dejado de ofrecerse como voluntarios para competir esa carrera. Incluso en los años donde yo no he estado como contrincante, las personas prefieren evitarse correr el riesgo de ganar y tener que convivir conmigo más tiempo del necesario, lo cual está perfecto para mí. Espero que esa bonita tradición que creé hace tantos años siga intacta. Ojalá no aparezca algún idiota con aires de grandeza y poco cerebro que crea poder competir conmigo, ya que no pienso permitir que un completo extraño pertenezca a mi familia.

-       Por fin te encuentro- dijo una voz femenina antes de abrazarme por detrás. -¿Dónde te habías metido? Me dejaste morir de aburrimiento con el chico de gafas que...

-       Creí que era tu tipo Jenna- digo con un tono sarcástico. -Yo sólo quise darles un poco de privacidad.

-       Eres de lo peor.

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