Ha pasado un mes desde que Novak y yo formalizamos las cosas. Nuestra relación se siente más formal y unida después de aquella noche en la cabaña. Recuerdo que a la mañana siguiente, aún seguía dormida en su pecho con mi brazo alrededor de su cintura, nuestras piernas entrelazadas y él abrazándome en todo momento. La lluvia se detuvo, el día estuvo soleado y después de recoger nuestras cosas se dispuso a llevarme de vuelta a casa. Tuvo que darme su camiseta, ya que él rompió la mía esa noche, pero por suerte, la única persona que se encontraba en mi casa a las ocho de la mañana era mi abuela y gracias a Dios seguía dormida para cuando llegue. Nunca me había sentido tan feliz en toda mi vida y después de ese día, las cosas simplemente mejoraron entre nosotros. Ya no había barreras ni secretos, nuestra confianza estaba más fuerte que nunca al igual que nuestros sentimientos, sólo que aún no nos decíamos la palabra con A. No quise preocuparme tanto por ello, ya que el no decirlo no significaba que no lo sintiéramos. Sé que en algún momento uno de nosotros va a atreverse a decir esas palabras y será en ese momento cuando el otro corresponda. No por obligación, sino porque realmente está impregnado en nuestro corazón.
- ¿Todo en orden, bonita?- unos brazos me rodearon por detrás.
Me giré al instante con una sonrisa enorme en el rostro al encontrarme un unos brillantes ojos azules. De inmediato rodeé su cuello con mis brazos y lo atraje hacia mí, abriéndome paso en su boca y besándolo apasionadamente.
- Todo excelente- digo separándome de él.
- Aún faltan unas bolsas de hielo, ayudaré a tu hermano con eso, pero mientras tanto ¿Podrías ayudar a Jenna con las luces? Creo que está a punto de tener un ataque nervioso- dice con tono sarcástico.
- Claro, yo me encargo- le doy un pequeño beso en su mejilla derecha antes de irme.
El día de hoy celebramos el cumpleaños número 61 de mi abuela. Toda la familia y gran parte de Las Calaveras se reunirá esta tarde en el primer bar que se creó después de la separación de pandillas. Dicho bar lleva por nombre "La Catrina" y justo en este momento estamos decorando el lugar para sorprender a mi abuela con una increíble le fiesta sorpresa de cumpleaños. Hemos estado desde las siete de la mañana organizando, limpiando y acomodando todo en el bar. Había luces por doquier, globos que aún no han sido inflados, inventario que aún no había llegado y comida que no ha sido preparada. Faltan tantas cosas y el tiempo se nos está viniendo encima. Por suerte, mi abuela se encontraba en casa, a tan sólo unas cuadras lejos de aquí, así que en cuanto tengamos todo listo iremos por ella.
Entre al bar y me encontré con una pelea entre Jenna y los cables de las luces. Al verla arriba de la escalera portátil tratando de desenredar y acomodar las luces en el letrero de feliz cumpleaños, no pude evitar cruzarme de brazos y le apoyarme en la puerta de entrada un momento para disfrutar del espectáculo que mi amiga estaba ofreciendo. Se veía tan alterada y desesperada que resultaba muy cómico, pero sé que si me atrapa viéndola, no habrá nada que la detenga en ponerse furiosa y gritarme. Por lo tanto, trato de controlar la risa atorada en mi garganta antes de acercarme a ella.
- ¿Estás bien?
- ¡No! No estoy bien, ¿Acaso parece que estoy bien?- dice con fastidio.
- Sólo son luces Jenna- me burlo
- Sili sin licis Jinni- me imita con una mueca. -Mejor cállate y ayúdame porque te juro que estoy a dos segundos de tirar estas malditas luces a la basura.
Se baja cuidadosamente de las escaleras y me lanza una bola de cables llena de nudos.
- ¿Bromeas? ¿De dónde sacaste esto?- me quejo.
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Enemigos Perfectos
Teen Fiction¿Aliados o rivales? ¿Amigos o enemigos? ¿Amantes o desconocidos? Tate Brooks, una chica que se ha dedicado a ser fuerte, ruda e indomable, cree que el amor es un sentimiento vacío y sin ningún significado, pero todo eso puede cambiar cuando la vida...