Tate
Había pasado una hora cuando mucho desde que decidí levantarme del piso y dejar de llorar. Nadie había vuelto a molestarme, así que me metí a la ducha y dejé que el agua caliente entumiera todo mi cuerpo antes de meterme dentro de la cama. Estuve por varios minutos dando vueltas y vueltas, tratando de conciliar el sueño, pero me fue imposible. Mi mente no dejaba de pensar en todos los daños que he causado, en todos los errores que he cometido y en cómo será mi vida a partir de ahora. Mis padres estaban decepcionados y furiosos conmigo, probablemente nunca olviden lo que ocurrió esta noche. Mi hermano no quiere ni verme después de enterarse sobre mi traición y mi abuela está a la espera de verme enfrentar a todos con agallas que creí tener, pero en realidad nunca las tuve. Mi mundo se está viniendo a pedazos y lo único que hago es quedarme quieta mientras veo como sucede. Quizás Novak también está pasando por lo mismo con sus padres, ya que ellos escucharon y presenciaron gran parte del show. Estoy casi segura de que él está recibiendo las mismas advertencias que yo. Mantenernos alejados a toda costa, no volver a vernos ni tampoco dirigirnos la palabra siquiera.
Confieso que es un poco divertido ver a nuestros pobres padres intentar destruir sentimientos que han estado en nuestros corazones desde que éramos niños. Es casi irreal el empeño tan drástico que ponen para separarnos, incluso me atrevería a decir que es la única cosa que los une, pero no deja de ser injusto lo que nuestra propia familia nos está haciendo. Se supone que el amor es uno de los más bellos y puros sentimientos que te hace querer gritarlo a los cuatro vientos o compartir tu felicidad con todos los que te rodean, aunque en nuestro caso es todo lo contrario. Sabíamos que nuestra relación era prohibida, que nuestros sentimientos debían permanecer ocultos y que bajo ninguna circunstancia podíamos revelar lo que estaba sucediendo entre nosotros.
Es irónico pensar en que los padres apoyan incondicionalmente a sus hijos y que no desean otra cosa más que sean felices, cuando la realidad es que nosotros no corrimos con esa suerte. Debía dejar de pensar en lo miserable e injusta que es nuestra vida, así nacimos y así nos quedaríamos, no podemos hacer nada para cambiar eso a menos que esta disputa entre pandillas termine.
Doy un último giro en la cama para quedar boca arriba antes de cerrar momentáneamente los ojos, pero justo antes de despejar mi mente y tratar de dormir de nuevo, escucho como algo pequeño se estrella en el cristal de mi ventana. Lo dejé pasar, ya que normalmente son las ardillas corriendo por nuestro tejado, dejando caer restos de comida, pero los ruidos se hicieron más continuos. No quise quedarme con la duda de saber que era, así que de inmediato quito las sábanas de mi cuerpo, me levanto de la cama y me dirijo hacia la ventana.
«Oh. Por. Dios.»
Mis ojos lo veían pero no lo creían. Novak estaba en mi jardín trasero, lanzando pequeñas piedras. Al instante abro la ventana y una suave brisa fresca golpeó mi rostro al sacar medio cuerpo para que pueda escucharme a través de mi voz baja.
- ¿Acaso estás loco? ¿Qué estás haciendo aquí?
En cuanto sus ojos captaron mi presencia dejó de lanzar rocas.
- Novak, no puedes estar aquí, mi padre te matará.
- Tatum Brooks, ¡¿Quieres casarte conmigo?!- gritó en un susurro.
Mi corazón se detuvo.
- ¿Estás ebrio?- frunzo el ceño. -Porque si es así...
- No, no estoy ebrio- me sonríe.
- ¿Entonces por qué estás diciendo tonterías?
- Tate, nunca he estado tan seguro de algo en toda mi vida- contradice. -Cásate conmigo bonita.
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Enemigos Perfectos
Teen Fiction¿Aliados o rivales? ¿Amigos o enemigos? ¿Amantes o desconocidos? Tate Brooks, una chica que se ha dedicado a ser fuerte, ruda e indomable, cree que el amor es un sentimiento vacío y sin ningún significado, pero todo eso puede cambiar cuando la vida...