Durante todo el trayecto hacia este lugar misterioso me mantuve aferrada al cuerpo de Novak, disfrutando de la cercanía de nuestros cuerpos. Mis manos estaban cerradas alrededor de su cintura mientras que mi cabeza descansaba en su espalda. No me importaría estar así el resto de mi vida, siempre y cuando sea él quien esté a mi lado.
Creía conocer a Novak, pero después de ver la actitud tan feroz y violenta con la que me defendió me hizo pensar en si realmente lo conocía bien. Sé que ambos hemos cambiado mucho desde que éramos unos niños, no sólo físicamente, sino que también nuestro carácter es diferente aunque no lo mostremos demasiado. Pensaba que Novak pertenecía al grupo de los chicos que hablaban y arreglaban las cosas de una manera civilizada, jamás pensé que podría ser lo contrario. No puedo ni imaginar lo que sintió cuando nos vio a Bryce y a mí besándonos. La rabia, la impotencia, quizás tristeza y la decepción fueron emociones que seguramente lo cegaron e hicieron que perdiera el control. Admito que no me molestó ver al idiota de mi ex novio tirado en el suelo, recibiendo una enorme paliza. Después de todo, se la tenía bien merecida desde hace mucho tiempo. Pero ver a Novak perder los estribos de esa forma fue algo espeluznante y caliente a la vez.
Probablemente tenga un daño cerebral por pensar de esa manera, pero ¿Qué puedo decir? Siempre he sido una chica muy extraña con gustos algo peculiares.
Habíamos recorrido un camino bastante largo que nos llevó a las afueras de la ciudad. No fue una distancia tan exagerada, pero al darme cuenta, de un momento to a otro estábamos rodeados de enormes pinos y varios arbustos. No tenía ni idea de a donde nos estábamos dirigiendo, hasta que de pronto vi un gran establecimiento rústico que tenía un cartel de letras neón rojo con la palabra "Joel's". Novak giró la moto en dirección a ese lugar y se estacionó junto a las demás motos que había en frente de la entrada.
Sin preguntar ni una sola cosa, me bajé de la moto, me deshice del casco y lo seguí dentro del lugar. Todo por dentro estaba hecho de madera. Las paredes, las puertas, el techo, las mesas, las sillas, e incluso la barra donde servían los tragos. Me sorprendí al darme cuenta de que nos encontrábamos en un bar bastante antiguo donde la gente que frecuentaba este lugar ya era bastante adulta. No había muchas personas haciéndonos compañía, pero los pocos hombres y mujeres que estaban aparentaban unos cincuenta y tantos años.
La verdad es que me hubiera imaginado todo menos algo como esto.
- ¡Novak! ¿Qué estás haciendo aquí?- una voz rasposa se escucha detrás de nosotros.
Ambos nos giramos y nos encontramos con un hombre mayor, de piel oscura, cabello blanco canoso, corto y rizado, y una increíblemente cálida sonrisa, que vestía pantalones negros, una camisa blanca adornada con un moño rojo y un mandil tinto que le cubría de la cintura a las rodillas.
- Joel, ¿Cómo estás amigo?- Novak se separa de mí para darle un abrazo.
- Creí que vendrías hasta la próxima semana- le recuerda.
- Sí, lo sé, pero necesitábamos un lugar tranquilo.
Novak pasa su brazo izquierdo por mi cintura y me hace avanzar unos cuantos pasos para que aquel hombre pudiera notar mi presencia.
- Ya veo, ya veo- pone una sonrisa y se cruza de brazos.
- Joel, ella es mi novia, Tate.
Estaba a punto de extenderle la mano para darle un saludo cordial, pero el hombre se me adelantó cuando dijo algo que no me esperaba.
- Tatum Brooks, creí que no volvería a verte.
La suave sonrisa en mi rostro se desvaneció al instante.
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Enemigos Perfectos
Teen Fiction¿Aliados o rivales? ¿Amigos o enemigos? ¿Amantes o desconocidos? Tate Brooks, una chica que se ha dedicado a ser fuerte, ruda e indomable, cree que el amor es un sentimiento vacío y sin ningún significado, pero todo eso puede cambiar cuando la vida...