Capítulo 10

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Novak

Los días con Tate han sido increíbles, cada minuto que pasó con ella sólo me doy cuenta de lo afortunado que soy por haberla encontrado. No puedo creer que esa chiquilla tímida, vulnerable e indefensa que conocí hace tantos años se haya convertido en la mujer más ruda, atrevida y sexi del mundo. He tratado de controlar todos mis instintos de hombre cuando estoy con ella, pero maldición, hay veces en las que me muero por besar sus carnosos y rosados labios hasta hartarme de ellos, y explorar cada parte de su perfecto cuerpo.

Aún sigue siendo extraño para mí tener estos sentimientos por ella, ya que al principio solía verla como mi hermana pequeña, aunque eso cambió rápidamente cuando me hice su mejor amigo y pasábamos todo el día juntos. Recuerdo que cuando era niño solía tener esta inocente atracción hacia ella, un sentimiento tan casto y puro que sobrepasaba todo mi ser. Sentía la necesidad de cuidarla, protegerla y estar para ella en cada momento que me necesitara. Claro que no cumplí muy bien mi trabajo, aunque no fue culpa mía nuestra desafortunada separación. Ahora que el destino nos ha dado otra oportunidad para recuperar lo que teníamos e incluso para llevarlo a otro nivel, no pienso dejarla ir. He descubierto a una Tate fascinante, llena de vida y fuerza, sin miedo a que la reten o la crean incapaz de hacer algo, por lo contrario, es la mujer con más agallas que he conocido en mi vida. No le importa lo que piensen de ella, no le hace caso a las burlas que hacen a sus espaldas o si la creen indigna de ser una descendiente de Aarón Brooks, al final ella siempre hace que se traguen sus palabras, demostrándoles lo ruda que puede ser cuando se lo propone. He notado que muchas personas de aquí le tienen miedo y no sé si sea por algo justificado, pero creo que Tate ha logrado formarse una reputación a base de sus actos. Puedo ver que ella no es una chica cualquiera y sobre todo no es una mujer a la cual quieras molestar. Su valentía es algo que admiro, pero su determinación es algo que me tiene completamente enloquecido. No sé cómo es que estoy empezando a tener sentimientos muy fuertes por ella, no entiendo como una chica a la cual llevo años sin ver pudo colarse tan pronto en mi cabeza, pero disfruto tanto de su compañía que no me importa cuán rápido estamos yendo. Después de todo, dicen que así es el amor.

« ¡¿Pero que carajos acabo de decir?!»

Me dirijo hacia la casa de Theo, quede de verme con él para ayudarlo con unas reparaciones que debe hacerle a su motocicleta. Hace un par de días dejé de vivir con él, ahora que me han dado empleo en uno de los bares de Las Calaveras he estado ahorrando lo suficiente para rentar un pequeño departamento. No es mucho, pero lo que tengo es más que suficiente por el momento.

Llegando a la casa de Theo me doy cuenta de que una camioneta Pickup negra está estacionada justo en frente de la entrada. No tengo ni idea de quién podría ser, tal vez Theo estaba esperando visitas mucho antes de que yo llegara. Ojalá estén a punto de finalizar su reunión, ya que sería bastante incómodo aparecer de repente y hacerlos sentir como si su presencia no fuese bienvenida. No le doy tanta importancia al asunto y sigo mi camino hasta la puerta de la casa.

-       Theo ya llegué- anunció al entrar a la casa.

-       Ay mierda- lo escuchó decir desde la sala.

No pude evitar girar mi cabeza hacia la izquierda donde se encontraban los muebles y el televisor, pero lo que mis ojos vieron fue mucho peor que haberme encontrado a mi primo en una situación comprometedora con alguna de sus amiguitas. Por desgracia, lo que descubrí no fue una escena para una película porno, sino que mis padres se encontraban sentados, uno a cada lado de Theo con miradas furiosas y autoritarias.

-       Ay mierda- repito con el mismo tono blandengue. -Hola mamá... Papá...

Ni siquiera tenía palabras en mi boca, esto me tomó completamente desprevenido y ahora no tengo ni la más mínima idea de que hacer, que decir o como actuar en frente de ellos.

-       Hola nada- dice mi padre con un tono grave, transmitiéndome su ira. -Creí que habíamos quedado en algo Novak.

-       Papá, yo...

-       ¿Cuándo regresaste? O debería decir ¿Hace cuánto que nos estás viendo la cara?- replica mi madre con la misma rabia que mi padre.

Sabía que ese momento sería inevitable, que cuando los tuviera de frente ardería Troya, pero no esperaba que fuera tan pronto. Habían pasado sólo dos semanas y tenía planeado que ese tiempo se extendiera por lo menos un mes más, aunque no siempre lo que deseamos se hará realidad. En este momento mis padres están furiosos, puedo ver en su rostro decepción y coraje hacia mí, de hecho, no recuerdo la última vez que los vi de tal forma. No quería que nuestro reencuentro fuera tan desastroso, mucho menos planeaba que fueran en estas circunstancias, por lo contrario, yo ya estaba ensayando un excelente discurso de disculpas, aunque lleno de mentiras, para decirles en cuanto tuviera las ganas necesarias para verlos después de tantos años.

-       Estamos esperando una explicación Novak- exige mi padre.

-       Y esperamos la verdad- agrega mi madre.

No han cambiado nada. Mi padre sigue siendo un hombre alto, corpulento, de cabello y barba crecida bastante canienta. Mi madre, por otro lado, aún lucía esbelta, con su cabello largo y rubio, maquillaje discreto para hacer resaltar los ojos azules que me había heredado y ropa del mismo estilo que el de mi padre, negra y de cuero. La única diferencia que puedo ver en ellos son las arrugas en sus rostros que los años les ha dejado como recuerdo.

-       Creo que yo mejor los dejo solos, algo me dice que esto es drama familiar y no quiero ser parte de ello- dice Theo levantándose de su asiento. -Suerte hermano- murmura en mi oído y me da unas palmadas en el hombro izquierdo.

En cuanto Theo se fue, volví a centrar mi atención en mis padres, quienes me estaban esperando con la ceja levantada y los brazos cruzados. Trague con algo de dificultad el nudo que ya se había formado en mi garganta desde que entré a esta casa, mi mente está en un colapso total y ni siquiera sé por dónde empezar. Tengo claro que mi relación con Tate no puede salir a la luz, mucho menos mi entrada a Las Calaveras, eso sería un suicidio, pero sí puedo decirles la verdad acerca de mi regreso.

-       Antes que nada, quiero decirles que los amo y que mi decisión sobre volver no tiene nada que ver con desafiarlos- comienzo a acercarme a ellos.

-       ¡Entonces dinos porque diablos estás aquí!- exclama mi madre.

Ese reclamo me hizo detener mis pasos y poner una expresión de sorpresa.

-       Mamá, si no te conociera diría que detestas mi presencia y que te estorbo en la vida.

-       No digas estupideces Novak.

-       Entonces no me hagas creerlas.

-       Porqué mejor no nos dices la razón que te impulsó a volver- interviene mi padre.

-       No hay nada que justifique la rebeldía de tu hijo Arthur- se levanta mi madre de su asiento.

-       Por favor Elena, deja que el chico nos cuente que fue lo qué pasó.

Mi padre siempre fue bueno calmando los nervios de mi madre, aunque dudo mucho que su magia sirva de algo en estos momentos.

-       Espero que cual sea tu excusa más vale que sea buena Novak Keller- reprocha mi madre una última vez.

No importa si los convence mis razones o no, para ellos nada justifica el que me haya escapado de Alemania, pero no me importa, yo ya no dependo de ellos y mucho menos me veo obligado a hacer lo que ellos exigen. Mi lugar está aquí, mi hogar está en Phoenix, pero sobre todo, mi corazón volvió a latir por una chica rebelde y extremadamente impredecible. Lo único que debemos cuidar ahora es que nadie descubra mi verdadera identidad, ante todos soy Noah, y así deberá ser por un largo tiempo para evitarnos a Tate y a mí un problema enorme del cual no podremos salir ilesos. Aunque, para ser honesto, yo puedo tomar todos los riesgos con mi mejor sonrisa porque sé que todo vale la pena por mi bonita.

Enemigos Perfectos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora