Tate
Novak me pedía confianza y eso es lo último que puedo darle en estos momentos. Para mí no es fácil omitir mis malas experiencias que tuve en mi relación pasada y sin ningún problema volver a abrirme con otra persona. Yo no soy como las otras chicas que se dan la oportunidad de tener un nuevo amor sin importarles lo que sucedió con el anterior. Según los famosos dichos de mi abuela dicen que un clavo saca a otro, o en otras palabras, un chico puede reemplazar a otro chico, pero para mí era muy difícil aplicar esa teoría. Yo estaba hecha de otra madera, y por lo tanto, tenía otra mentalidad. Para mí, el tener una relación de pareja era tener un compromiso hacia esa persona, un juramento de lealtad, fidelidad y amor. Claro que hoy en día hay personas que se toman en juego las relaciones y cambian de pareja como si fueran prendas de ropa o en el peor de los casos, lo tomaban como diversión de una sola noche. Yo nunca podría ser así de atrevida, mucho menos pensar siquiera en la posibilidad de comenzar de nuevo. Hay veces en las que me gustaría ser como esas chicas a las que no les importa parecer perras fías que tratan a los hombres como accesorios de colección, quizás así no me estaría lamentando tanto por las cosas que me pasan o por las decisiones que tomo. Últimamente me pongo a sobre analizar cualquier situación que se me presente, quitando toda posibilidad que mis sentimientos intervengan en mis acciones. Me gusta tener la cabeza fría, pensar en cuál será mi siguiente movimiento y si me conviene enfrentar las consecuencias que tenga por ello, pero esto sobrepasa toda mi experiencia y mi cerebro no tiene los datos necesarios para actuar con madurez. Nunca me habían hablado tan directo, nadie me ha dicho con tanta seguridad lo que quería y mucho menos me habían debilitado tanto. En este momento estoy en una encrucijada donde no sé si debo seguir el camino seguro de la razón o el camino incierto de la emoción.
Novak sigue estando delante de mí, acorralándome con la cercanía de su cuerpo y sus brazos en mi cintura, incluso puedo decir que falta muy poco para que nuestros labios se encuentren por fin. Aunque esa decisión terminará siendo mía, ya que Novak está a la espera de alguna reacción por mi parte.
«Dios mío, ¿Qué es lo que debo de hacer ahora?»
- ¿Por qué estás temblando Tate?- murmuró muy cerca de mis labios. -¿Acaso te pongo nerviosa?
- ¿No crees que te das mucho crédito Keller?- replico con la garganta apretada.
Vi como transformaba su seriedad por una ligera sonrisa.
- Puede que lo quieras seguir negando bonita, pero yo sé el efecto que produzco en ti, y admito que me encanta- quitó su mano izquierda de mi cintura para acariciar suavemente con sus dedos mi brazo y lograr que se me erizara la piel.
Abrí ligeramente la boca y de una forma inconsciente me encontraba inhalando el aire que se había escapado de mis pulmones sin darme cuenta.
¡Maldición! No entiendo esta actitud tan extraña de mi parte, yo no soy así, nunca he sido una puberta que no puede controlar sus hormonas. La verdad no entiendo que es lo que me está pasando, pero ya no estoy tan segura de querer reprimir o controlar lo que siento.
- Aún llevas ese collar- su dedo índice dejó mi brazo para guiase a lo largo de mi pecho y tomar la cadera por debajo. -Eso significa que sigo siendo importante para ti y que esa unión inocente que hicimos de niños la sigues llevando en el corazón como yo.
Por supuesto que sí, no ha habido ni un solo día en el que no haya pensado en ese juramento que hicimos. Siempre has estado en mi mente y en mi corazón Novak Keller, pero los años pasaron y con ellos se llevaron a la persona que solía ser. Antes lo hubiera dado todo por ti, pero ahora hay personas en mi vida que son prioridad y no puedo darles la espalda como si nada.
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Enemigos Perfectos
Teen Fiction¿Aliados o rivales? ¿Amigos o enemigos? ¿Amantes o desconocidos? Tate Brooks, una chica que se ha dedicado a ser fuerte, ruda e indomable, cree que el amor es un sentimiento vacío y sin ningún significado, pero todo eso puede cambiar cuando la vida...