Cerraba los ojos y lo único que podía ver era esa mirada de un verde intenso, que no paraba de atormentarme... Desde ese horrible día, la llevaba tatuada en mi mente. Lo peor era no saber cómo me hacía sentir realmente, estaba tan confundida... se s...
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La música estaba a todo volumen, el lugar a reventar y el alcohol recorría mis venas produciéndome una corriente de adrenalina. La rubia que tenía entre mis brazos se movía al compás de la música, pegándose a mí de manera insinuante y sexy... joder estaba como quiere y ese vestido ajustado rojo no le hacía justicia. Definitivamente esta noche termina en mi cama.
Al observar a mí alrededor veo a Elena besándose con un tipo que de seguro acaba de conocer, mientras Francis la asesina con la mirada. Río en mi interior por la infinidad de veces que he visto esa escena y la que sigue... Francis reprendiéndola y ella mandándolo a la mierda. Ni yo que soy el hermano gemelo me molesto por su comportamiento, sabía que no eran más que besos y toqueteos, Elena no es tonta y muy difícilmente se acuesta con cualquier idiota. De lejos me despido de ellos y salgo de la disco con la rubia colgada de mi cuello, ni siquiera espera llegar al auto cuando ya estaba sobre mis labios. Tomo sus muslos mientras ella enredaba las piernas a mi cintura, la recargo sobre una de las portezuelas del Audi y levanto su vestido sin problemas ni objeciones, el estacionamiento estaba lo suficientemente oscuro como para que nadie nos vea y la música ahogaba sus gemidos...
Después de esa primera ronda conduzco con prisa a su departamento, tenerla semidesnuda en el asiento del copiloto estaba causando estragos en mí y el que sus manos estén juguetonas no ayudaba mucho a mi concentración, estaba haciendo un gran esfuerzo por manejar adecuadamente... contra todo pronóstico llegamos, teniendo la segunda ronda en el elevador, joder, esta rubia es insaciable. Esa noche tuve mucha diversión, me dejo exhausto la chica. Hace mucho no tenía una noche tan movidita, no suelo quedarme hasta el amanecer pero enserio había acabado conmigo, mala suerte que se nos acabó la protección si no me hubiera esperado a que despertara para un polvo de despedida. Me desenrede de su cuerpo admirando las curvas que esa cobija de satén resaltaba mientras me vestía, y salí sin hacer el menor ruido lanzándole un beso de agradecimiento.
A penas cerré la puerta del departamento mi celular comenzó a sonar. Demonios, era mi padre. El que me hablara tan temprano no era nada bueno... Que Fabrizio Ferraez llame a esta hora es porque estas en problemas o porque hay reunión familiar, lo dicho nada bueno.
"—Dígame usted, jefe, para que soy bueno—Contesto picándolo, odia que nosotros los llamemos así.
—Cuantas veces te he dicho que no me llames así, Gonzalo—Espeta, reí y antes que pudiera decir algo siguió—Eres un caso perdido niño... como sea, te hablaba porque te quiero aquí en una hora.—Informó, no se escuchaba molesto ni nada por el estilo así que me relaje de inmediato.
—Ok, salgo para haya. Solo paso a cambiarme a la casa—Lo escucho reír
—No llegaste a dormir de nuevo ¿cierto?—Pregunta divertido, a diferencia de mamá a él no le preocupaba tanto cuando no llegábamos—ruega que tu madre no se dé cuenta—
—¿Enserio crees que no ha ido a mi habitación? Sabes que es lo primero que hace cuando despierta—Suelta una carcajada, haciéndome reír a mí también.
