9. De vuelta en mi hogar.

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Desperté en la habitación de un hospital, muy confundida

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Desperté en la habitación de un hospital, muy confundida. No tenía idea como había llegado hasta aquí, que había sucedido... De lo único que era consciente era de ese entumecimiento y dolor sordo que recorría mi cuerpo, así como del desesperante sonido que hacía el aparato al cual estaba conectada. Llevaba cerca de 5 minutos despierta, nadie había entrado a la habitación y comenzaba a asustarme. Quería saber que sucedió y por qué estaba aquí.

Vestigios de sirenas, gritos y hombres con pasamontañas invadieron mi mente... justo cuando comenzaba a exaltarme y mi respiración se agitaba por el pánico que sentía al recordar lo vivido en los últimos días, alguien entró a la habitación.

-Oh por dios, despertarse hija-murmuro con voz estrangulada mi padre. Se acercó de inmediato y me abrazó, sollozando. Me quede en shock un momento, asimilando el hecho de estar entre sus brazos...

-Papá...-dije apenas audible, con incredulidad.

-Princesa... mi princesa, ya estás a salvo mi bebé-murmuraba llorando una y otra vez, tratando de convencerse a sí mismo, más que a mí.

-¿Qué...sucedió? ¿Cómo llegue aquí?-pregunte intentando comprender, sentía una enorme desesperación de saber averiguar lo ocurrido.

-Mi bebé...-repitió nuevamente como si no pudiera creer que estaba junto a él, como si fuera producto de sus imaginación-Pensé que nunca volvería a verte...-murmuro.

-Estoy aquí papá...-acaricie su rostro, limpiándole las lágrimas. Yo también pensé que nunca lo vería de nuevo, pensé que nunca regresaría a su lado, que moriría sin verlo una última vez.

-Sí... Siempre será así, te prometo que no dejare que nadie nunca te haga daño de nuevo-esas palabras... el chico de los ojos verdes... todo se hizo presente en mi mente, provocándome un horrible dolor.

Él... me fallo, me abandonó. Dejó que esos hombres me hicieran daño, no regreso junto a mí. Sé que es una tontería el que me afecte demasiado, el haber esperado más de él... sin embargo, creí en su palabra y la terrible decepción que sufrí fue casi tan dolorosa como los golpes que esos hombres sin corazón me dieron. Me siento tan estúpida por haber confiado en un delincuente, por haber si quiera pensando que yo le importaba, que sentía algo por mí... estúpida, estúpida...  él nunca se hubiera fijado en alguien como yo, para el no significo nada. No me había dado cuenta que comencé a llorar hasta que mi padre fue limpiando con ternura mi rostro.

-Tranquila, bebé. Todo está bien ahora-murmuro estrechándome en sus brazos.

-Tenía tanto miedo...-solloce. No sé cuánto tiempo pasamos así, llorando en los brazos del otro. Necesitaba sacar todo lo que tenía a dentro, todo el miedo que aún sentía, el asco por la cercanía de esos hombres... lloraba porque estaba segura que después de esto nunca nada volvería a ser lo mismo, siempre viviría con la paranoia de ser encerrada nuevamente, de estar en peligro y expuesta a esos desalmados.

Chica Incorrecta ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora