27. Te amo.

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As long as you love - Justin Bieber

Gonzalo tenía razón, no debía preocuparme.

Ha pasado más de un año, sería absurdo que quisieran hacerme declarar de nuevo. Ciertamente, lo había superado, pero el hecho de tener a Gonzalo y su familia cerca, me pondría muy nerviosa y no quisiera decir algo que no debería, comprometiéndolos. Ellos eran importantes para mí y seguiría protegiéndolos.

—Chicos, dense prisa que vamos a ir a explorar por alrededores—apremió Leo desde afuera.

—Vamos, preciosa, olvídate de todo... tenemos que disfrutar estos días juntos—asentí y deposite un rápido beso en sus labios.

Alcanzamos a los demás en la sala, quienes nos miraban divertidos.

—Tienen toda la noche para fabricar a mis sobrinos, no nos hagan perder el tiempo durante el día—dice Elena, dejándome completamente avergonzada. Todos estallaron en carcajadas, inclusive mi novio, quien conocía lo descarada que era su hermana.

—Ignórala, princesa. Yo lo hago—murmura en mi oído, lo suficientemente alto como para que El lo escuchara y cuando iba a reclamar, Leo la abrazó, depositando un beso en mejilla que la dejó en las nubes. Menuda tonta se volvía cuando su novio le besaba, solo él podía callarla.

Leo nos llevó a conocer los alrededores, pequeños claros en medio del bosque y el lago cristalino, era el escenario perfecto para pasar unos increíbles días con ellos. El clima, si bien no era sofocante, si hacia el suficiente calor para darnos un baño en el lago y no andar abrigados hasta el cuello, como era lo usual en las montañas.

Había algo en lo que no quería pensar y con lo sucedido antes del viaje, lo olvidé. Sin embargo, las palabras de Elena lo habían metido de nuevo en mi cabeza y estaba luchando para que Gonzalo no notara mi nerviosismo. Nos quedaríamos en la misma habitación, compartiría la cama con él y despertaría a su lado... no es que no quisiera, por supuesto que sí, era algo que deseaba pero, también está el hecho de que no sé si estoy lista para estar con él y aunque no lo hemos hablado, él me ha dado mi especio y ha sabido respetar mis tiempos. Una parte de mí quiere vivir esa experiencia con él, pero tenía miedo y no a él, sino a no ser suficiente para él. No era virgen, pero con el único que había estado era Octavio y ambos habíamos sido la primera vez del otro, así que no lo pensaba demasiado, pero con Gonzalo es diferente. Él ha estado con tantas, tiene tanta experiencia, que me siento una niña a su lado... es vergonzoso, pero no podía evitar sentirme así al respecto.

—¿Estás bien? —Preguntó Cleo por lo bajo, mientras los chicos intentaban trepar un árbol—. Estas muy callada.

—Sí, solo... no sé, estoy un poco nerviosa—confesé.

—¿Por? —Cuestionó confundida y miré con disimulo a Gonzalo. Enseguida comprendió lo que quise decir, era una de mis mejores amigas, no era para menos —. ¿No me digas que nunca han estado juntos? —Estaba asombrada. Supongo que es raro, llevamos 7 meses juntos.

Ahora que lo pensaba bien, él había sido tan paciente, en ningún momento me ha dicho nada al respecto y aunque hemos tenido encuentros bastante subidos de tono en su casa, cuando sus padres no están, siempre se detenía antes que las cosas llegarán a más.

—Pues no y nunca habíamos dormido en la misma habitación—murmuré.

—Quiero uno así—dice con diversión.

—¿Cómo? —Pregunte sin entender ante su cambio de tema.

—Que quiero un chico como él. Llevan siete meses juntos, Florencia y te ha esperado... eso no lo hace cualquier. En verdad te quiere, digo, ya nos habíamos dado cuenta que lo de ustedes es fuerte, pero con esto lo confirmo...

Chica Incorrecta ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora