Chica Incorrecta ©

37. Tu chica incorrecta.

Believer-Imagine Dragons

Pasar esa mañana a su lado fue único. Perderme en sus preciosos ojos verdes, saborear sus labios y sentir sus fuertes brazos a mí alrededor, me tenían flotando, aún no creía que todo era verdad. Mi vida cambió nuevamente de la noche a la mañana. Así era él, así había sido desde el primer momento. Tenía ese efecto en mí. Su presencia en mi vida siempre lo remueve todo, pone de cabeza mi mundo y no podría estar más feliz por eso.

Sé, que aunque no hemos aclarado nada, lo importante estaba dicho. Lo amaba, me amaba. Todo fue demasiado fácil, no hubo dudas. Ni siquiera nos planteamos que el otro hubiera seguido con su vida... personalmente nunca paso por mi cabeza que él estuviera con alguien más, estaba tan confundida y emocionada con tenerlo de nuevo que fue lo último en lo que pensé.

Sin embargo, no tuve que preguntar al respecto. Desde el momento que caminé y perdí mi mirada alrededor de su departamento, fue obvio que no estaba con nadie y que seguía aferrado a mi recuerdo. Habían fotografías nuestras por todos lados, de Elena, de su familia e incluso de los chicos. Su hogar, aunque decorado con toques masculinos era cálido y lo amé desde el primer momento, sobre todo la vista. Seattle desde aquí se veía imponente. Su familia tenía dinero pero sabía que nada tenía que ver con lo que estaba a mi alrededor, Gonzalo se lo había ganado a pulso y podía asegurarlo sin siquiera saber a qué se dedicaba ahora.

Cuando me desperté a su lado y después de contemplarlo, me dedique a husmear a mí alrededor, esperando que él despertara. Y le envíe un texto a Andrew y Mason. Moría por compartir este momento con ellos.

"Lo recuperé". No tuve que decir más, ellos lo comprendieron de inmediato.

"¿Es enserio? Oh pequeña, estoy tan feliz, tienes que contarnos todos los detalles". Respondió mi psicólogo y amigo.

"Tenemos que conocerlo, exijo ser presentado". Dice su novio.

"Les prometo que apenas tenga oportunidad lo conocerán. No tienen idea lo feliz que soy".

"Puedo imaginarlo y no dudes que compartimos esa felicidad contigo, Andrew y yo nos alegramos mucho".

"Es momento que recuperes tu vida. Lucha por lo que deseas, no puedes vivir de las decisiones que otros tomaron por ti, es hora de que le pongas un alto y lo enfrentes. Sabes que te apoyaremos en lo que necesites, te queremos y te mandamos muchos besos".

No pude evitar las lágrimas que resbalaron por mis mejillas. Andrew tenía razón, debía luchar por mi felicidad, por mí libertar y eso estaba a su lado. Así mi padre lo comprenda o no, ya no iba a temerle.

Por eso pude asegurarle a Elena, cuando nos encontramos de nuevo con ellos en el hospital, que esta vez regresé para quedarme. Iba a tomar la nueva oportunidad que la vida me estaba brindando. Y creo que no pudo ser en mejor momento, estar presente en el nacimiento de esas preciosas princesitas.

Cuando entré a verlas, me quedé sin aliento. Eran demasiado parecidas a ellos, tenían los mismos ojos verdes y aunque sé que los niños cambiaban con el tiempo, estaba segura que esas esmeraldas prevalecerían. Elena y Leo tenían mucha suerte, eran afortunados por tan hermosas bendiciones. Desee más que nunca poder vivir un momento así con Gonzalo.

Pero antes de que sucediera, había cosas que aclarar, mucho por discutir.

Cuando le confesé por qué me había ido, lo supe, él estaba dispuesto a alejarse si eso significaba protegerme. Él se culpaba por todo lo sucedido y no iba a permitir que sucediera más. No es, ni fue su culpa nunca. Fueron mis decisiones, yo estuve consciente todo el tiempo en lo que me metía. Y aunque sé que esto podría significar que papá enloqueciera de nuevo, lo iba a enfrentar, no podía seguir permitiendo que el miedo dominara mi vida.