40. Para siempre.

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Million Reasons-Lady Gaga

Casi me da un infarto cuando leí su mensaje.

Después de casi dos semanas extrañándola, estaba a punto de tomar un vuelo y correr junto a ella pero en el fondo sabía que esto tenía que hacerlo sola. Sus padres y ella se debían ese momento, necesitan comenzar a sanar todas esas heridas creadas en el pasado, era la única manera de que mi chiquilla superara todo de una vez y fuera feliz.

Sin embargo, la preocupación estaba volviéndome loco. Le pedí por favor que en cuanto pudiera, me marcara pero no lo ha hecho y han pasado más de cinco horas desde que aterrizó. ¿Tanto tiempo está tomándole?

—Tranquilo hombre, que si algo malo hubiera pasado, ya lo sabríamos. Las malas noticias vuelan—dice Leo, quien se estaba quedando conmigo mientras conseguían un lugar donde vivir allí en Seattle.

Elena y Él habían decidido quedarse un tiempo después que las niñas salieran del hospital, mi hermana quería estar cerca de mí y de Florencia, por supuesto su esposo no puede negarle nada y aceptó de inmediato, así que ambos estábamos buscando un lugar apropiado para ellos.

—Lo sé, pero no puedo evitar preocuparme. No cuando la última vez que la vi junto a él le...—ni siquiera podía decirlo en voz alta. El recuerdo de aquel día jamás podrá borrarse de mi mente.

—Sabes muy bien que esa bala no era para ella, así que dudo que algo como eso vuelva a suceder...—aclara y lo sabía pero aun así, es difícil no pensar lo peor—. Realmente creo que hizo lo correcto al ir sola, tal vez tiene más posibilidades que sus padres lo entiendan si tu no estas presente.

Creía lo mismo.

—Ojala, no quiero que lo nuestro interfiera en su relación con ellos más de lo que ya ha hecho...

—Es parte de todo, Gonza. Sabíamos que no sería fácil que sus padres lo aceptaran, aunque fue mucho peor...—acepta con tristeza— anyway, las cosas están por mejorar, así que pensemos en positivo.

Lo intentaba, juro que sí pero saberla expuesta me volvía loco.

—Cambiando de tema, ¿Qué haces aquí? —Pregunté.

Si bien se suponía que se quedaba en el departamento, solo venía a tomar una ducha y dormir un par de horas pues pasaba la mayor parte del tiempo con Elena en el hospital, que se negaba a ser dada de alta hasta que sus hijas no salieran con ella. El Dr., dijo que ella podía seguir recuperándose desde la casa sin problema pero con lo obstinada que era mi gemela, no hubo poder humano que pudiera convencerla de alejarse de sus hijas, así que seguíamos visitándola allí.

—Tu hermana me sacó de su habitación. Dice que debería dormir más—se queja con fastidio.

—Y estoy de acuerdo con ella. Te pasas todo el día allí, en ese incómodo sillón.

—No es tan incómodo y no me gusta dejarla sola tanto tiempo—replica.

—Tampoco es como si fuera a pasarle algo malo, está bien cuidada.

Entendía su punto. Cuando Florencia estuvo en el hospital me sentía impotente no poder estar a su lado. Eran diferentes circunstancias por su puesto, pues la vida de Elena no estaba en riesgo pero no podía culparlo por su aprehensión, no teniendo a sus hijas aún en estado crítico.

—Aun así... espero que pronto puedan darles de alta a las niñas, me desespera que sigan allí.

—Oíste al médico, si esta semana continúan mejorando como hasta ahora, a finales de mes podrían ya llevárselas.

Chica Incorrecta ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora