Capítulo 35

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— Soraru tengo algo importante que decirte

Hablaban por llamada y Mafumafu estaba decidido a decírselo.

— Mañana vendré a tu casa, ¿Está bien?

Soraru se había enterado de todo lo sucedido en la familia de su pareja y estuvo apoyándolo, se sentía feliz de saber que su omega se sentía bien después de todo.

Estaba profundamente enamorado de Mafumafu, y había decidido que ya era momento de decirle eso tan importante desde hace tiempo.

— Si Soraru, después de la universidad iré a casa.

— ¿A qué hora es tu última clase?

— A las 7 pm.

— Ahí nos vemos.

Y terminaron la llamada.

Al día siguiente Mafumafu iba a su casa un poco cansado y bostezando. Pero feliz por dentro sabiendo que vería a su alfa en su casa.

Y al abrir la puerta quedó impresionado, toda su familia estaba vestida con estilo elegante, incluido Soraru. Urata tomó la mano de Mafumafu y lo arrastró hasta su habitación.

— ¿E-eh? Espera por qué me llevas a mi habitación Urata

— No preguntes. Hoy mi misión es ponerte lo suficientemente hermoso, más de lo que eres claro.

— ¿Uh?

Urata tomó una foto rápida a la expresión confundida de Mafumafu.

— Primera reacción de este evento

Urata continuó — Mafumafu, hoy será un día muy importante para tu vida así que tienes que verte muy bien. Naturalmente eres bello omega dominante, pero no te arrepentirás si no te arreglo.

Urata le lanzó un traje blanco como la nieve. Mafumafu estaba confundido pero obedeció a Urata. Después Urata usó un poco de maquillaje y delineó sus ojos.

— ¡Magnífico! Mafumafu se ve muy hermoso.

Le roció un poco de perfume y quedó listo. Mafumafu estaba aún confundido y de repente se encontraba en un auto junto a su familia y Soraru de camino a quien sabe dónde.

Se estacionaron y llegaron a una playa privada muy grande, tenía una mesa grande para ellos y luces colgantes. Fueron a sentarse y hasta ahora Mafumafu se animó a preguntarle a Soraru.

— ¿Por qué vinimos aquí?

Soraru sonrió — Porque hoy voy a decirte algo

Se tomaron de las manos. Las copas de vino llegaron y antes de beber. Soraru se levantó de su asiento y miró en dirección a Mafumafu. Todas las miradas se concentraron en ellos.

— Mafumafu, hoy he decidido decírtelo. Eres la persona más hermosa que conocí, en todos los sentidos. Llevo tiempo queriendo decirte esto, pero siempre he querido que estés bien primero y te he acompañado. Con todo el amor del mundo quiero cuidarte por siempre.

Mafumafu se comenzaba a sonrojar por las palabras de su alfa.

— Hoy mis padres me llamaron para que me vaya de aquí. ¿Pero sabes que dije? Dije que he encontrado a mi alma gemela, que he encontrado con quien compartir mi vida y ser feliz. Porque eres tú esa persona. No me importaría enfrentarme al mundo entero si es por ti. Contigo quiero estar siempre. Por eso quiero preguntarte...

Mafumafu era lento para captar a donde iban sus palabras pues aún estaba confundido.

— ¿Podrías darme el gran honor de ser tu esposo y casarte conmigo?

— ¡Sí! — Mafumafu respondió gritando por la emoción, y su gritó fue tan fuerte que asustó a varios

— ¡Ah! No me esperaba que dijeras eso — y solo bastaron dos segundos para que Mafumafu comenzara a llorar y se lanzara a los brazos de Soraru.

Ambos se abrazaron. Todos empezaron a aplaudir eufóricos y Urata tomaba fotos sin parar.

De fondo empezó a sonar una suave melodía romántica. Después de abrazarse, Soraru le puso un anillo de plata con un diamante incrustado a Mafumafu. Mafumafu hizo lo mismo mientras admiraba el fino y brillante diamante.

Hicieron un brindis para felicitar el compromiso. Todos festejaron su compromiso y bailaron. Cabía decir que Mafumafu estaba un poco ebrio después de unas copas de mezclas.

Urata no podía beber y estaba en la mesa comiendo todo lo que se le antojara. Él se casaría con Sakata por supuesto, después de tener a su bebé, sus padres no serían fácil de convencer y aún no le habían dado la noticia del bebé. Se ponía nervioso por eso pero Sakata iría pronto a hablar con sus padres.

Urata se reía imaginando a Sakata hablando con sus padres y siendo regañado. Mafumafu se acercó.

— Urataaaa me voy a casar

— Lo sé Mafumafu, estoy muy feliz por ti

— ¿Y por qué te ves algo triste?

— Es que quiero beber... — dijo apenado

Mafumafu empezó a reír bastante. Y casi tambalear. Soraru lo alcanzó por detrás y lo llevó consigo a una habitación.

— Soraru... ¿Esta es tu playa privada?

— Algo así...

— Woah... Mi futuro esposo es rico

Mafumafu se rió ligeramente.

— Todo será para ti

— Y para nuestros hijos

Soraru se sorprendió — Sí, para ellos también

— Entonces, Soraru también quiere darme hijos

— Claro, serían tan lindos como Mafumafu

Soraru también estaba bajo los efectos del alcohol, sin embargo el tenía mucha resistencia y era consciente de todo lo que decía su omega. Mafumafu en cambio estaba un poco ebrio y mareado.

Soraru empezó a sentir el aroma de su omega y se preguntaba que pretendía atrayéndolo con un aroma tan dulce y embriagante, único porque era Mafumafu.

— Entonces dámelo ahora Soraru. Quiero tenerlo ahora.

Mafumafu se lanzó sobre Soraru y lo aprisionó contra la cama. Lo miró directamente a los ojos y liberó más feromonas.

— Hace un tiempo que no te tengo dentro Soraru, deja todo en mí.

Y peligrosamente se acercó a sus labios.

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En mi defensa ya tenía el capítulo escrito y no planeaba poner algún suceso malo, así que... 🤡 Ustedes me motivan a escribir cosas tristes luego no se quejen 🥴 (por eso estoy escribiendo otro fic SoraMafu donde las cosas serán más tristes, puedes visitarlo en mi perfil).

Lindo Omega ✧ SoraMafuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora