Despertó frenéticamente, todo estaba oscuro a su alredor y no sabía dónde estaba.
¿Cuánto tiempo había pasado? No lo sabía.
Solo recordó que se encontraba felizmente con su omega un tiempo atrás, y de repente, todo se convirtió en oscuridad.
Unas voces se escuchaban cerca.
— Hemos llegado hasta aquí, no hay marcha atrás. Lleva al chico a otro lugar, aquí nos encontrarán pronto
Otra voz habló. —Sus padres se enterarán pronto. Sería mejor pedir una recompensa.
— Si el jefe se entera de que hicimos eso nos matará. —sentenció.
— Tendríamos suficiente dinero para huir.
— Cállate, no podemos hacerlo. Sigue las órdenes del jefe.—gritó enojado.
¿Qué estaba pasando?
Y más importante, ¿Quiénes eran esas personas?
Soraru movió sus manos pero no tardó en percatarse de que estaba encadenado, sin posibilidad de escapar.
Los pasos resonaron cada vez más cerca a él y su respiración se aceleró, sintiendo el miedo.
La puerta dió un fuerte estruendo que golpeó sus tímpanos, pero se quedó quieto, intrigado y asustado a la vez.
— Veo que estás despierto. Tranquilo, no te pasará nada si sigues nuestras órdenes.
¿Quién eres? —quiso preguntar, pero solo se limitó a asentir.
— Te traeré comida —anunció el extraño.
Al cabo de unos minutos regreso con lo que parecía ser comida enlatada. Se acercó y se sentó frente a Soraru, su rostro tapado por una máscara, y su mano callosa abrió la lata.
— No te puedo soltar, así que sopórtalo —con una cuchara de metal, acercó su mano a su boca, dándole a entender que debía comer
Soraru negó.
— Come —ordenó.
— No quiero... —respondió débilmente.
Y era cierto, se sentía mareado, sin saber dónde estaba y con la sensación constante de querer vomitar.
— No hagas esto difícil, come —levantó la voz, con la poca paciencia.
Soraru no obedeció.
El otro mostró gran molestia y se levantó, después, con furia lanzó el envase a la cara de Soraru.
Los restos de aquella comida resbalaban por su rostro, dejándolo gravemente manchado. Por último, un portazo sonó, dejándolo solo otra vez, en la oscuridad.
Un mes sin tener noticias, la agobiante espera lo asfixiaba y ya no sabía cuánto tiempo más pasaría.
— Amatsuki ya llegó —anunció su madre.
El frágil omega asintió mientras se abrazaba a sí mismo.
Una suave mano acarició su cabello y se sentó a su lado.
— Mafumafu... —susurró.
No respondió.
Las últimas semanas sus defensas bajaron increíblemente y se veía tan desgastado y enfermo. El médico informó sobre el gran riesgo que corría.
— "Es un omega especial"
La marca de unión hacía que tanto el alfa y el omega tuvieran la necesidad de estar juntos. Pero su unión había sido tan fuerte que los hería demasiado al estar lejos del otro.
Y su embarazo era muy riesgoso, pese a ser un omega dominante.
Urata y su madre estaban demasiado preocupados viéndolo decaer día a día, cada vez más. Entonces, buscaron un alfa pero era tan difícil encontrar uno que logrará estabilizar a Mafumafu.
Sin más remedio, un amable chico se ofreció a ayudarlos. Un beta que había sido su mejor amigo.
Probablemente debían rendirse y dejar todas las esperanzas. Pero era Mafumafu después de todo, la persona que amaban tanto. E intentarlo no estaba de más. Quizá no era tan necesario un alfa. Era necesario que alguien lo calmara.
Su rostro volteó suavemente y se encontró con un par de ojos avellana. Sin saber qué decir, volvió a bajar su rostro, apenado.
— No nos hemos visto hace mucho... —suspiró. — Quizás ya sabes que estoy arrepentido por todo. Solo quiero acompañarte ahora, ¿está bien?
Asintió.
Mafumafu lo había perdonado. Hace ya un tiempo que debatió consigo mismo, y llegó a la conclusión de que perdonar era la mejor opción en esta situación. Soltó su pasado finalmente. Pero cuándo creyó que todo iría para mejor, la terrible realidad lo abofeteó.
— Gracias por acompañarme. —susurró
Y se instaló un silencio de un par de minutos. Hasta que Mafumafu no pudo aguantar mucho.
— Dame un abrazo —dijo tímido Mafumafu.
Amatsuki no pudo ocultar su sorpresa pero extendió sus brazos hacia el otro.
Mafumafu con calma se movió de su lugar, y después, con rapidez se envolvió en un abrazo. Y la calma logró llegar a él, la hermosa calma al fin estaba presente.
Y es que, aunque no siempre le dijera a todo el mundo lo que sentía, en silencio extrañaba a ese tonto beta y quería darle un abrazo después de tantos años sin verlo. Con todas las deudas del pasado saldadas, y sintiéndose un poco tranquilo; se pasó hablando con el beta toda la tarde, sin incomodidad.
💗 ¡Muchas gracias por leer!
Amistades estoy sensible. Me gusta mucho escribir para ustedes y lo seguiré haciendo, no me abandonen, aunque quizá no pueda actualizar tan seguido debido a que se me viene la universidad (y tengo miedo, no lo voy a negar). Gracias por todo, seguiré escribiendo y espero que les guste.
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Lindo Omega ✧ SoraMafu
FanfictionMafumafu es un omega dominante que jura odiar a los alfas debido a situaciones dolorosas de su pasado. Soraru es un alfa que se acaba de mudar para ampliar sus conocimientos, pero sin querer, termina viendo más allá de la belleza de Mafumafu y queda...