Capítulo 37

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El agua tibia rodeaba el cuerpo de Mafumafu. Soltó un suspiro.

— Ah tan relajante

Soraru entró por la puerta — ¿Te sientes mejor?

Mafumafu asintió. Anoche había sido muy cansado para ambos y las caderas aún le dolían por lo que necesitaba ayuda para moverse. Es por eso que Soraru lo cargó hasta la bañera para darse un baño.

Soraru le sonrió y con cuidado inició la labor de limpiar a su prometido, pasó la suave esponja por su espalda, con cuidado lavó sus brazos y lavó su cabello con shampoo de aroma a fresas.

El omega se mostraba complacido con toda la atención y se sentía como un pequeño gato siendo lavado.

— ¿Puedes ponerte en "cuatro"? — dijo Soraru repentinamente

— ¡¿Para qué?! — respondió asombrado Mafumafu

— Solo quiero lavarte adentro, quizá quedó un poco...

— ¡Lo haré yo mismo!

— ¿Puedes levantarte si quiera? — dijo para burlarse

Un resignado Mafumafu se dejó levantar por Soraru sujetándose de su cuello, pero sin pensarlo mucho empujó a Soraru dentro de la bañera junto con él y ambos quedaron empapados. Mafumafu empezó a burlarse de Soraru y mojarlo aún más hasta que sintió como un dedo entraba en su interior.

— Mmm... Espera

— Sólo te limpiaré con cuidado

Mafumafu conocía la sinceridad de Soraru, pero él estaba recordando la noche anterior y no pudo evitar emocionarse y empezar a sentirse caliente.

— ¿Y-ya terminaste?

— Ya casi, solo quiero asegurarme de que todo esté bien adentro

Era cierto, anoche había recibido un nudo, así que era posible que estuviera herido. Soraru aún buscaba cada parte de su interior y la exploraba mientras un Mafumafu se comenzaba a desesperar.

— ¡Ah! — no pudo evitar soltar un sonido cuando el alfa tocó su punto sensible sin querer.

— ¿Estás bien? — al parecer el alfa no se había dado cuenta aún y empezó a presionar para buscar alguna herida.

Mafumafu tembló y sus piernas débiles descansaban sobre Soraru, no supo en qué momento empezó a moverse para profundizar el toque del alfa.

Soraru notó sus movimientos y al fin se dió cuenta de lo que había provocado sin tener intención y detuvo su movimiento.

— ¿Acaso estás incitando a que hagamos algo otra vez? — preguntó sin cuidado el alfa

— Si

¡¿Ah?! ¿Desde cuándo Mafumafu era tan sincero cuando quería hacer eso? Apenas ayer había sido tan impulsivo y ahora lo quería de nuevo. Y así fue, el omega pidió ser tomado de nuevo y su alfa lo tomó.

El día fue largo pero a la vez corto. Cuando era de noche ellos estaban alegremente descansando sobre una gran cama mirando alguna película en la televisión.

Después decidieron que debían buscar un lugar para vivir juntos y pensaron en todos los detalles posibles emocionados.

A la siguiente mañana los despertó el sonido del teléfono de Mafumafu. El omega sostuvo su teléfono adormilado y contestó.

— Mafumafu, nuestro hermano Luz ha llegado

— ¡¿Eh?! — el sueño se le quitó de inmediato y se levantó para ir a su casa

Lindo Omega ✧ SoraMafuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora